La Primera y la Segunda Guerra Mundial y su impacto en la Historia Universal (1914-1918 y 1939-1945)
Ramón Rivas
Nací en el año de 1949, en la sabana de los dioses, Santa Rosa de Carvajal, una inmensa sabana salpicada de mortales y cucaracheros. En ese instante vital, el mundo entraría a una nueva fase histórica que marcaría el destino del planeta por unas cuantas décadas, como resultado de las dos guerras mundiales y sus transformaciones en las relaciones económicas y políticas que se habían gestado a lo largo del siglo XIX europeo. Los antecedentes de estas dos conflagraciones mundiales fueron la primera y la segunda revolución industrial que produjeron tres acontecimientos políticos que se profundizarían entre 1899 y 1945. Primero, el auge de los movimientos de masa; segundo, la necesidad de una mayor participación del Estado en la sociedad en general; y tercero, el reparto desigual del mundo por las fuerzas imperiales. Ambas guerras aceleraron tales tendencias que se iniciaron a finales del siglo XIX y determinaron consecuencias muy importantes en el destino de la historia universal. Una de ella fue que el hombre perdiera la fe en la noción de progreso como el camino para alcanzar la felicidad en la tierra. Las circunstancias bélicas demostraron todo lo contrario: muertes, crisis económicas y pobreza. Asimismo, como resultado de lo anterior, el proyecto liberal que nació en la época moderna entró en una profunda crisis histórica y se produjo una nueva forma de hacer política y economía en el marco del capitalismo de Estado, de la democracia representativa y de partidos, del partido único y de la democracia popular. Por tanto, la conciencia y la praxis estatal se convertirían en el remedio eficaz para resolver los problemas económicos y sociales que había creado el liberalismo. De igual modo, surgió una literatura y una filosofía de la historia que alimentaron la esperanza milenaria en el espíritu de hombres y mujeres. Fue una época en la que el escepticismo y el nihilismo pusieron en tela de juicio las bondades de la civilización Occidental. Por ejemplo, el comunismo y las ideologías totalitarias reforzaron esas imágenes para demostrar que estábamos ante el fin de la cultura burguesa.
Finalmente, la Liga de las Naciones, las Naciones Unidas, el Banco Mundial, El Fondo Monetario Internacional (1919-1945) emergieron como nuevas formas de organizaciones supranacionales como respuesta a las viejas concepciones económicas y políticas del Estado nación. Se vislumbraba el fenómeno de la globalización y la necesidad de los europeos de promover un proyecto de integración que cristalizaría en los noventa. Estas circunstancias históricas generaron una concepción historiográfica sobre el papel de las masas en los procesos sociales y políticos de la sociedad. Atrás quedó la concepción individual para dar entrada a la era de las muchedumbres. Sobre este aspecto, fue claro Winston Churchill al olfatear en plena guerra esta nueva perspectiva. Vio como en la guerra se desplazaba el papel del individuo por el de las masas. La desintegración de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín marcaron el fin del estatismo y la renovación de las ideas liberales. Comienza así a tener importancia el hombre de carne y hueso, libre de atadura atávica y mesiánica, asumiendo su destino vital para enriquecer su vida material y espiritual y al mismo tiempo contemplar con deleite la magia y el misterio y del universo en expansión. Así, pues, las dos Guerras Mundial en perspectiva histórica prepararon el camino hacia el fin del principio de los Estado-nación y del modelo historiográfico del rol de las multitudes en los procesos históricos y sus correlatos fundamentales: partidos políticos, democracia militante, sindicatos y capitalismo de Estado. De igual modo, la génesis y expansión de la renovación del quehacer liberal. En otras palabras, se percibe el paso histórico del hombre masa al rol político que le corresponderá al individuo en los nuevos tiempos.
No obstante, hoy con la invasión de Rusia a Ucrania se inició un nuevo proceso histórico universal que podría cambiar el escenario político y económico global, cuyos primeros efectos se denotaría con el inicio y el fin de la hegemonía de los EEUU en el mundo y la génesis de un nuevo orden mundial. Es lo que señalan los expertos en ámbito de la geopolítica. Se habla del “fin de la globalización y la balcanización de las divisas”. “De una vuelta al patrón oro”. “De un nuevo orden petrolero mundial”. De un mundo multipolar. De un juego competitivo en el ámbito de las divisas y monedas a escala universal. Del fiasco de las de las economías verdes. En todo caso, por vez primera la población de este planeta con el excepcional privilegio de percibir a través de los sentidos mediante la mass media una historia mundial en tiempo real. Las naciones, todas ellas, involucradas directa e indirectamente en el conflicto bélico Rusia- Ucrania. Un conflicto histórico de alcance global. Sus consecuencias se verán en tiempos futuros.