Augusto Mijares y conciencia burguesa en Venezuela
Ramón Rivas
Augusto Mijares, uno de los más agudos pensadores del siglo XX, dedicó su vida a meditar sobre la complejidad de nuestra historia y produjo un conjunto de reflexiones políticas y filosóficas sobre el origen y la perspectiva de la nación. De estas reflexiones, surgió su más hermosa conclusión para convertir a Venezuela en un país digno, tolerante y responsable de su destino histórico. Convencido de que la educación era el vehículo que permitiría la promoción de los valores de una auténtica conciencia burguesa en los venezolanos. En ese sentido, la interpretación pesimista de la sociología hispanoamericana (1938) -recoge en sus páginas los fundamentos históricos que dieron origen a una tradición civilista a lo largo de nuestra historia política del siglo XIX. Esta tradición civilista, la fuente fundamental para impulsar un proyecto liberal a lo largo y ancho de nuestra geografía. Fue un filósofo de la historia que develó ante el caos y la confusión que provocaron los acontecimientos políticos, la fuerza libertaria e igualitaria de los venezolanos. Esas fuerzas, arraigadas en la conciencia del país y ha perdurado de forma imperecedera con el tiempo. Los viejos positivistas inventaron la figura del gendarme necesario para legitimar el jefe único, el mandón único, el déspota, el caudillo, el personalista, el militarista y el mesiánico para negar el carácter democrático del pueblo venezolano. Una tarea gigantesca y pedagógica de la obra histórica de Augusto Mijares para resaltar la importancia histórica de unas minorías creadoras, republicanas y civilistas, contra el despotismo y el mesianismo. De igual modo, en esta concepción liberal y ligada a una tradición civilista de la nación, para Augusto Mijares era vital establecer una delimitación histórica y jurídica entre la propiedad pública y la propiedad privada. Para él, persistía una larga tradición del derecho público que provenía de la historia de España que impidió de forma sistemática el desarrollo de la propiedad capitalista. Lo que provocó una apropiación ilegal de las tierras públicas por parte de caudillos y políticos, generando consecuencias graves para el desarrollo nacional. “Los nuevos empresarios”. En la visión de Mijares, el caudillo y el político utilizaron el poder para transformarse en grandes propietarios, comerciantes, banqueros e industriales. En otras palabras, no era cierto una supuesta oligarquía que se produjo en el siglo XIX y que se convirtió en una clase social que embrutecía y explotaba a sus campesinos.
Fue un invento de Antonio Leocadio Guzmán para atizar los conflictos entre los pobres y los ricos, mientras se enriquecía a través de los poderes públicos. Vociferaba contra esa virtual oligarquía, pero en el fondo se convirtió en un depredador de las tierras del gobierno. La Contraloría General de la Nación editó un conjunto de libros entre los cuales hay unos cuantos que retratan la galería de los hombres más ricos de Venezuela que fueron gobernantes a los largo del siglo XIX y parte del siglo XX. En fin, en la reflexión filosófica y política de Augusto Mijares es vital la constitución de un proyecto liberal que resuelva en forma inteligente y racional estos problemas derivados de la historia política y así instaurar una auténtica sociedad burguesa en Venezuela. Un Estado liberal que establezca una delimitación significativa entre las funciones del Estado y las funciones de la sociedad civil. Un Estado que promueva las libertades individuales. El imperio de la ley y de la justicia garantía de una sociedad libre. Un Estado que haga propietario a los venezolanos como una condición esencial para el desarrollo de una sociedad capitalista. En fin, republicanismo, liberalismo, civilismo, democratismo y capitalismo en la perspectiva de Augusto Mijares, el derrotero para el impulso de una sociedad burguesa en sintonía con las gigantes transformaciones liberales que se están gestando en el Planeta.
El momento histórico para echar los cimiento de una sociedad post-rentista y conquistar a los venezolanos para alcanzar el bienestar material y espiritual en la perspectiva de una propuesta liberal. La educación el camino para despertar en cada uno de los venezolanos su capacidad empresarial, creativa e innovadora para generar riqueza material y cultural en el ámbito del libre mercado para el disfrute de todos, sin estar esperando las migajas del estatismo, del populismo, del clientelismo, del subsuelo y de los caprichos de sus gobernantes. Un hombre libre para asumir los retos y desafíos que demanda la nación y el mundo, con responsabilidad, dignidad, decoro, arrojo y voluntad para aceptar las consecuencias de sus actos y de sus acciones, sin estar esperando la benevolencia del poder celestial y terrenal. Un hombre libre, un animal responsable.