Rómulo Betancourt: Su pasión por la historia
Ramón Rivas Aguilar
La Historia Contemporánea de Venezuela
De Francisco Guinan… Es una historia política (Rómulo Betancourt)
Pensamos en esa historia nuestra que aún está por hacerse.
Se dice de un hombre que ama la historia,
Pero el que ama la historia prefiere hacerla.
Amar la historia con referencia a los libros es perder el tiempo (Enrique Bernardo Nuñez, 1937)
La historia debe servirnos más que para reminiscencia y la jactancia,
Para la Comprensión de nuestra problemática humana (Mariano Picón Salas, 1992)
Rómulo Betancourt, una de las figuras políticas de mayor trascendencia de la historia contemporánea de América Latina. Un hombre de Estado, un gobernante que dejó como legado histórico la derrota de dos mitos históricos que pretendieron negarles a los venezolanos el camino de la democracia y el capitalismo como valores consustanciales de la cultura Occidental. Uno de ellos, la erradicación del cesarismo democrático, con su determinismo geográfico para negar toda posibilidad democrática a los hombres y mujeres de esta bella geografía que los poetas la bautizaron como la pequeña Venecia, con las aguas de Coquivacoa que arropan a los océanos de los viejos continentes. Así, había que dejar atrás el gendarme necesario, el personalismo, el militarismo, el bolivarianismo. De allí que se le considera a Rómulo Betancourt padre de la democracia con una proyección de importancia capital para las naciones de América Latina. Y, el otro mito del comunismo enfrentado por el tesón republicano, civilista y democrático como una vanguardia política de una nación con fervor libertario. Así, se consumó la derrota del comunismo mundial en tierras caribeñas, aquí en la Venezuela, tierra de gracia. Una proeza histórica liquidar la subversión marxista, en manos de los rusos, los chinos, los cubanos, los adoradores de la tierra prometida y del edén laico. Un mérito político para comprender en perspectiva la caída de la utopía, el fin del imperio ruso y el imperio chino.
En esa perspectiva, la historia como conciencia e interpretación para los combates políticos fue de importancia vital en su ánima con el propósito de darle un rumbo histórico a la Provincia de Venezuela. Por eso, la historia ocupó un lugar esencial para para develar los cambios y las transformaciones que requería la nación para ocupar un lugar esencial en el concierto de las naciones. Su pasión por la historia de Venezuela significó estudiar con detenimiento cuáles eran las estructuras sociales, económicas y culturales que impedían el proceso de modernización de la nación en los nuevos tiempos históricos. En otras palabras, el desarrollo de una burguesía compatible con los valores del republicanismo, del liberalismo y de la democracia. En ese sentido, el padre de la democracia, se sumergió en la lectura de la obra histórica de Francisco González Guinan con sus 15 volúmenes de la Historia Contemporánea de Venezuela.
Un trabajo arduo, difícil y complejo, en aquellos días de tanto trajín cotidiano de la política y en el exilio. Corría los años treinta. Día y noche, entre la sombra y la luz, tomaba apuntes sobre los datos de interés para tener una visión histórica de Venezuela entre 1498 y 1899 para develar las razones que obstaculizaban el desarrollo de la república, de su progreso material y espiritual. Así, comprendió cómo las viejas y nuevas fuerzas políticas, en los primeros 50 años del siglo pasado, se sumergieron en esa idea de que la democracia y el progreso solo eran para los ilustrados y doctos de las bellas artes. Sobre la lectura de la obra de Francisco González Guinan, en la cual Betancourt dedicó mucho esfuerzo y tiempo, la apreciación del periodista, escritor e historiador Simón Alberto Consalvi es relevante y significativa para los futuros historiadores y políticos venezolanos:
…Rómulo Betancourt era el único político venezolano que conocía la Historia venezolana a fondo porque paseaba de atrás para adelante los 15 tomos de la Historia de Venezuela de Francisco Guinan (Mi abuelo Rómulo. Álvaro Pérez Betancourt- Claudia González Gamboa. Editorial libros Marcados., 2013.p.31).
En esa perspectiva, Siempre repetía a los jóvenes que aspiraban ser políticos en Venezuela leer la que consideró una gran obra, la Historia Contemporánea de Venezuela de Francisco Gonzalez Guinan.
Yo no solo me los leí, me dijo en una oportunidad, los repasé. Tengo como 10 o 12 libretistas donde apunté los hechos sobre los cuales hablaba González y que me interesaban, Guzmán Blanco, Crespo, Paéz… Es una historia política. Decía que todos deberían leer (2013, p.32)
En esa trayectoria intelectual, fue un conocedor a fondo de los procesos históricos de la Provincia de Venezuela, además un estudioso del evento histórico de mayor trascendencia de la historia de Venezuela por su magnitud, alcance e universalidad: El petróleo. Lo develó en el exilio, en la refinería de Curazao, de la Shell, a finales de los años 20. Para él, no era posible comprender la historia del siglo XX sino se examinaba el impacto de esa fuente de energía en la vida de la nación y su proyección geopolítica en el hemisferio Occidental No dejó de estudiar sobre el tema hasta el final de sus días.
Imagino libros, ensayos o artículos de cabecera sobre el petróleo. El resultado de ese esfuerzo extraordinario para investigar sobre el petróleo, su historia, evolución y trayectoria en la vida del país y su poder en el mundo, fue su obra cumbre, su obra historia, su obra política, en fin su obra intelectual: Venezuela, Política y Petróleo (México, 1956). Un clásico de la literatura petrolera. Un incunable de importancia capital para entender en toda su dimensión histórica su papel estelar en el destino vital de la Venezuela moderna del siglo XX. No existe obra histórica alguna que trascienda este libro que cambió para siempre la historia de Venezuela del siglo XX y su proyección en el escenario historiográfico en el hemisferio Occidental.
En fin, su pasión por la historia un acto consciente y deliberado sobre la importancia de los estudios de los eventos históricos como herramienta para el combate político. La historia solo tiene sentido para el padre de la democracia, cuando se trata de una lucha entre ideas y creencias para justificar un postura política e ideológica con el propósito de mantener, de preservar o transformar la sociedad que responda a las necesidades y expectativas de las clases sociales, grupos sociales, estamentos . En esa dinámica, nunca dejó de ser marxista. Un momento de su vida política fue afán por la utopía. No era el camino. Pero entendió que el camino que le indicaba su conocimiento sobre la historia de Venezuela y su inserción en los valores de la cultura occidental era el camino reformista para hacer de Venezuela una nación republicana, liberal, democrática, civilista mediante una visión de Estado, una interpretación sobre el petróleo y una voluntad política para lograr tales propósitos históricos. Dicho de otra manera, El Estado, el petróleo y la voluntad política los cimentos de la democracia y el capitalismo en Venezuela, en la que Don Rómulo Betancourt se le considera el padre democracia y la conciencia mejor organizada de la burguesía venezolana. Por ello, la historia fue esencial que le permitió comprender los procesos históricos venezolanos y su inserción en las relaciones internacionales, sus orígenes, tendencias y perspectivas, adoptando una postura política e ideológica de contenido reformista para llevar a la nación hacia el progreso material y cultural mediante la democracia y el capitalismo. En ese trajín vital, dio una batalla cultural contra el cesarismo, contra el totalitarismo y toda forma de tiranía, dictaduras y gobiernos autoritarios. Se la jugó con la historia. Derrotó el etnocentrismo y la hoz y el martillo. La historia como combate político. Allí reside su grandeza política e intelectual.