China, la Universidad y el Nuevo Pensum Académico y Pedagógico: La Teoría de mercados

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China, la  Universidad  y el Nuevo  Pensum Académico  y Pedagógico:

La  Teoría  de mercados

 

Ramón Rivas  Aguilar

 

En efecto. El fin de la utopía,  de la tierra prometida,  la fantasía del edén,  cosas del pasado. El socialismo y el comunismo,  un fracaso total que sepultó la teoría y  la praxis  de los viejos clásicos del marxismo. El camino, en la nueva   era histórica, el fin de la historia. Es decir, la expansión  de la democracia y el libre mercado a lo largo y ancho del planeta. En ese escenario planetario,  La  China comunista  no escapó al  influjo de esos cambios  que       marcaron el rumbo material y cultural de las naciones. En otras palabras, era esencial dar un viraje histórico    hacia un proceso   de  modernización  para  estar  a  la altura de los tiempos. Uno de esos  cambios, sin duda  alguna,  la Reforma  de las universidades  para   asumir     su papel     vital   en la formación de los   hombres  que conducirán a la China comunista   hacia  una  economía de mercado  con  una renovación de los valores del socialismo. Socialismo de mercado. Un poco de  historia.


El pequeño Mao, el arquitecto del comunismo de China (1949-1976), el padre del totalitarismo  amarillo,   con su  célebre  libro Rojo,  entusiasmó  a millones de chinos para alcanzar  el programa de Gotha. En otras palabras,   la arcadia  de los antiguos dioses. Dentro  de  esa visión política ideológica, el  sistema educativo  tuvo   como   fin   formar    el hombre nuevo, en su  morada sagrada  y divina: la comuna. No obstante, la instauración  de las comunas,  el  ideal del paraíso y el gigantesco proceso de colectivización del mundo rural y urbano,  llevó  a la destrucción  y a la hambruna  a toda una nación. No obstante, la mirada     de un genio político, Deng Xiaoping, el hombre  de la gran reforma, impulsó  los caminos de China hacia el capitalismo bajo el  control férreo  del Estado, del gobierno  y del partico comunista. La muerte de Mao Mao (1976),  desató la fiebre reformista que permeó el    alma de  aquella  geografía,  que comenzó   a respirar las lecciones   filosóficas y morales de Lao  Set y  Confucio. Corría los años  noventa. Era vital una profunda reforma de las universidades para adecuarse a unos tiempos históricos que estaban delineando una gigantesca  configuración  política y económica en  un mundo   globalizado, interconectado e integrado y   dinamizado  por el libre comercio (OMC).  Por tanto, las universidades entre sus funciones   fundamentales era formar  unas minorías, unas  élites. Unos hombres de  Estado  para dirigir  los destinos de China   en el concierto de las naciones en las áreas de la administración, de la gerencia, de la economía y del comercio. Era el camino para desarrollar una poderosa economía de mercado, bajo la impronta de  un Estado fuerte y eficiente.

 

 

En otras palabras,  las viejas universidades con la enseñanza y con el perfume grato de   los textos clásicos  del marxismo, del comunismo y del  socialismo quedarían relegados ante una ineludible reforma universitaria  en la que el  libro Rojo de Mao, los libros  del marxismo, del  leninismo,   del   estalinismo, del maoísmo  y otros   textos   del materialismo histórico y dialectico cedían sus  espacios   intelectuales  hacia un tipo de literatura sobre el libre mercado, la gerencia,  la administración, las finanzas y las bolsas  de valores en un mundo donde comenzaba a ser importante la microeconomía y la macroeconomía.   Sí. El tránsito intelectual  de Marx  a las teorías   de mercado.  Toda una revolución cultural de índole  liberal   que cambió  las universidades de China con repercusión en la génesis y proyección  de la  ciencia y la tecnología en las fuerzas  productivas y en las relaciones de producción capitalista a lo largo y ancho del continente chino como potencia económica   en el  mundo global.  Como se puede  apreciar, uno de  los centros educativos  más importantes de China, la Universidad  Popular de China dejó de lado  a Marx para incursionar  en la economía de mercado. De igual modo,  “el futuro plan  de estudio  no va a incluir  un total de 17 materias  de fuerte contenido ideológico”. Así, nuevos pensum, nuevas materias y nuevas metodologías  sobre el mundo    de una economía de mercado.


En consecuencia,  una lección  histórica,  intelectual y de interés para las naciones que pretendan alcanzar el progreso material y cultural desde la reforma profunda de las universidades en sus  funciones, fines, estructuras  académicas y pedagógicas. Así, Las viejas universidades, obsoletas, desgastadas y ancladas en un saber convencional deben renovarse para adecuarse  a unos tiempos históricos, complejos, gigantescos y extraordinarios en los que la ciencia y la tecnología  están   cambiando    radicalmente    la vida material y cultural de los pueblos.  El saber, el conocimiento y el capital humano deben ser prioridades  de esa dinámica reformadora y el eje de un proceso  civilizatorio que   comienza  a trascender   las fronteras    de la tierra. Al mismo tiempo,   impulsar   el quehacer vital de la filosofía  para abordar    como esos  cambios  están afectando  la vida, la existencia y la naturaleza humana como especie y espíritu.  Un reto y un desafío histórico  que hoy las universidades deban   promover  la formación de unas  minorías con las ideas y las creencias  que marcarán  el destino vital  de la civilización   Occidental en los próximos siglos. Sin duda alguna, China  está a la vanguardia  de las reformas   de  sus universidades    con el propósito  de ponerse  a la altura  histórica   del tercer milenio. Por ejemplo, en el ámbito   de las energías para responder a los retos  de los cambios climáticos,  está entre sus programas colocar una estación en  la luna  con el fin extraer Helio 3 para alimentar  una planta   de fusión nuclear que inaugurarán en el año 2050.  Es decir, se  están preparando  estratégicamente  para   estar en sintonía con  un proceso   civilizatorio  más allá de oro negro.  Para alcanzar tales objetivos históricos,  es  por  lo que  están  formando  a sus mejores hombres y mujeres en el campo de la ciencia y la tecnología  en sus mejores universidades y sus institutos de ciencia. Por  lo que comprendieron  con toda su sabiduría  y serenidad   que sin el mundo  fascinante y cautivante   de una economía de mercado  no es posible   alcanzar   esa hazaña  histórica que está en el  ánima de su liderazgo político.


En fin,   más  temprano que tarde, la Republica de China,  una de la civilización más antigua del mundo,  se abrirá   hacia el camino  de la democracia y de la libertad lo que  significará  la más gigantesca  revolución política   que  se haya   producido en la historia universal. Libertad y mercado,  en el espíritu de Confucio y Lao Set, la síntesis histórica   de Occidente  y Oriente. Una Intuición desde la perspectiva de un historiador.

 

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