Venezuela y su petróleo: miradas en el tiempo
Ramón Rivas A.
… Hay en aquella Provincia algunos ojos o manantiales de betún a manera de brea pez derretido,
… que los indios llaman Mene (Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés)
En este lugar llamado tierra de brea o piche abunda los pedazos de asfalto (Sir Walter Raleigh)
Hace miles años el universo estalló en mil pedazos. Con el tiempo, el nacimiento de la tierra. A lo lejos las tierras precolombinas. El precolombino, en sus manos, la primera imagen del oro negro: Mene. Un ente natural que manipuló para obtener resultados prácticos. Luego, el imperio español a través de los cronistas lo identificó con una frase demoníaca: Estiércol del diablo. A pesar de esa connotación maléfica, los reyes y monarcas olfatearon el olor penetrante de tan misterioso mineral en el año de 1515, cuanto lograron llevar a sus tierras el primer barril de petróleo. Los Viajeros extranjeros que recorrieron la geografía venezolanaa lo largo del siglo XIX, vieron en el oro negro una riqueza mineral, un ente desparramado por nuestras tierras. En esa dimensión, el científico José María Vargas, republicano y civilista, percibió el asfalto un mineral de un potencial para el futuro minero de Venezuela. Mientras tanto, en los EEUU comenzaron a utilizar el petróleo como una fuente de energía para su uso industrial. Es decir, para alimentar las primeras unidades con el motor de combustión. La era industrial en auge largo del siglo XIX. En Venezuela, tierra de gracias, de nuevo la mentalidad minera que se desató entre 1860 y 1899- con la explotación del oro y del asfalto. Al mismo tiempo, su espíritu industrial con la Petrolea del Táchira (1878).
El XX siglo comenzó con el conflicto entre el Estado venezolano y la Bermúdez Company. Un conflicto que dio como resultado una nueva legislación minera para un mayor control del valioso mineral el hidrocarburo. A partir de 1910, la era de las exploraciones en Venezuela con un alcance extraordinario que abrió el camino para hacer del país una potencia petrolera. Pasamos de la cartografía agraria a la cartografía minera. Lo que significó una nueva conquista del territorio nacional con la presencia gigantesca del capital internacional. El libro del geólogo RALF ARNOLD Venezuela Petrolera: primeros pasos (1911-1916), editor Andrés Duarte Vivas, un libro de lectura obligatoria para comprender la génesis y la proyección de la industria petrolera en Venezuela, unos héroes, extranjeros y venezolanos, audaces y temerarios, entre selvas y bosques, en búsqueda de esa riqueza minera que cambió para siempre el destino histórico de Venezuela. Los pioneros y fundadores de la Venezuela del petróleo. La primera Guerra Mundial (1914-1918) aceleró el transito histórico de la Venezuela vegetal a la Venezuela mineral (Ramón Díaz Sánchez). Así, nace la geografía económica del petróleo con sus tres símbolos. El Babuit en Oriente en 1912, el Zumaque en 1914 y el barroso en 1922. Los eventos geográficos que delinearon el futuro material y espiritual de la Venezuela del XX.
Es decir, entre 1899 y 1945 nació, se expandió, se conformó y se consolidó la industria petrolera en el país. En esa perspectiva, los andinos jugaron un papel estelar en la génesis y proyección de la Venezuela petrolera. Qué ironía. Les correspondió llevar a cabo de manera consciente y sistemática el paso de una economía agro-exportador a una economía, minera, urbana e industrial. Del café al oro negro.
En esa trayectoria vital, de tantos eventos históricos y geográficos y su vínculo con el petróleo, se produce un conjunto de representaciones e imágenes en torno a su destino en una nación de profunda raigambre fisiocrática. Una de ellas, el petróleo y su siembra. Es una representación histórica que afectó la vida sicológica y emocional de un pueblo, conectado a su tierra, a pesar de una larga época de revoluciones que fracturaron su vida rural. Qué hacer con una riqueza finita y volátil. Una pregunta que estuvo en el alma de la élite gomecista. Esa imagen histórica apareció por vez primera en el político y diplomático César Zumeta en el año de 1923. Una visión no alarmante ni perturbadora. Un hecho normal e irreversible:“El hecho de que grandes compañías de Estados Unidos y Europa, se hayan acordado para emprender la explotación de petróleo venezolano, es una nueva prueba de la alta confianza que inspira usted al capital extranjero. Ojalá el movimiento de tan grandes caudales en el país impulse al mismo tiempo y facilite el desarrollo de los cultivos y de la cría, para que cuando pase la fiebre, que nunca ha sido permanente, deje bien ensanchados el surco y el hato, que son minas, mucho más ricas, ciertas y durables que las subterráneas” (Ramón Rivas Aguilar, 1999, pág. 24).Una reflexión histórica que haría posible que Venezuela de forma espontánea alcanzaría con la dinámica petrolera la Venezuela del surco y del hato. Una postura liberal del gobierno gomecista al capital internacional que contribuiría en el tiempo con esa imagen en el siglo XX: la Venezuela post-petrolera. En esa misma dirección, los banqueros Vicente Lecuna y Pérez Dupuy fueron de la misma opinión. Es decir, el petróleo un factor vital para el impulsar el desarrollo económico nacional (1920-1945). Sus ideas no solo las hicieron llegar al General Gómez; sino que también utilizaron el Boletín de la Cámara de Comercio Caracas para escribir sus opiniones en torno al papel del petróleo en la vida nacional. Además, fueron de la idea de que la revaluación del Bolívar era saludable para la economía de la nación. Una visión contra la tesis de que la desvalorización era la política correcta para el estimular el desarrollo de la agricultura capitalista. En el seno del gomecismo, a finales de los años veinte, se suscitó una polémica histórica en torno a la viabilidad del desarrollo económico a partir de la valorización del bolívar o su desvalorización. Vicente Lecuna y Pérez Dupuy, defensores de la primera tesis; mientras Alberto Adriani era de la idea de la segunda tesis. Industrialistas y agraristas, perspectivas y miradas sobre como el petróleo y el bolívar harían posible el camino del desarrollo industrial o el camino del desarrollo agrario. De igual modo El general Vicencio Pérez Soto, un ferviente gomecista, develó la otra cara de la imagen sembrar el petróleo: la conserva del diablo. Un mineral que destruye y socava las bases de una sociedad telúrica y bucólica. Petrolandia, la palabra del nuevo riquismo rentista. Las petroleras extranjeras, nefastas y perversas, en palabras del General Vicencio Pérez Soto. La otra faceta negativa del petróleo.
Dentro de esas miradas, sobre el significado del petróleo en el futuro del desarrollo de la economía del país, Adriani vio en ese mineral un mero auxiliar, un complemento, nada más. En otras palabras, para él, la acumulación de capital tenía que derivar del desarrollo del capitalismo agrario. El café, el grato perfume, era la clave del desarrollo de la vida material del país.Al final de la tarde, se impuso la tesis de la acumulación de capital de origen rentístico para promover el desarrollo industrial de la nación. Tesis que compartieron Manuel Rafael Egaña y Néstor Luís Pérez. Ambos exministros del Gobierno de López Contreras, conscientes de que el petróleo sino se invertía en la industrialización de la nación, seguiría siento un factor improductivo y parasitario. La regalía el medio para profundizar el mercado nacional a través de un proceso de integración física del territorio del país. Una geopolítica hacia el interior de la geografía venezolana.
En esa dimensión de cómo abordar el petróleo, de cómo representarlo mentalmente la tesis de Arturo Uslar Pietri, padre de la frase histórica de sembrar el petróleo (1936), fue elresultado de un largo proceso histórico de aprendizaje que comenzó con la explotación comercial del Zumaque, en el año de 1914. Un evento geográfico que consolidó, con el barroso en el año de 1922 y determinó el fin de la era agraria y la génesis de la Venezuela del petróleo. El petróleo, un hecho geo-histórico al margen de la historia económica de Venezuela, que cambiaría el rumbo histórico de Venezuela de manera radical. La pregunta vital ¿Qué hacer ahora? Confusión y desconcierto. Pensar, reflexionar e Investigar. De allí, las distintas miradas que se proyectan en el tiempo. Por lo que la frase histórica “Sembrar el petróleo” (1936), marca la historia de la mentalidad y la praxis del petróleo en la Venezuela del siglo XX.Una frase histórica que permeó la historia material y mental del país a lo largo de más de un siglo (1922-2022). En ese sentido, Arturo Uslar Pietri representa la figura intelectual de mayor significado histórico de la Venezuela del petróleo del siglo XX, por ser el padre de la definición del petróleo (un capital natural); de su siembra (Sembrar el petróleo, 1936) y de una filosofía de la historia con la teoría del ciclo: tierra- petróleo- tierra.
Por tanto, para bien o para mal, con sus aciertos, alcances y limites, no se podrá comprender la Venezuela del petróleo del siglo XX, sin examinar con espíritu crítico el pensamiento petrolero de Arturo Uslar Pietri y su impacto en la vida material y cultural del país. Ayer, hoy y mañana, los venezolanos en su ADN la Venezuela post-petrolera. Vuelta a la madre egea. EL mito griego. La diosa Deméter ronda en el ánima de la vida espiritual de la nación. En fin, unas cuántas miradas sobre el oro negro. No la única.