Nelson Hernández (2022) y Leonard Dalton (1912).Venezuela, petróleo y energía. Visión y futuro

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Nelson  Hernández (2022) y Leonard Dalton (1912).Venezuela, petróleo y energía. Visión y futuro

Ramón Rivas

Dos  ingenieros, uno geólogo y geógrafo; el otro ingeniero petrolero y experto en fuentes alternas de energía.En dos momentos distintos del proceso histórico  venezolano, develaron el futuro petrolero yenergético del país, respectivamente. El primero, en su libro Venezuela (1912) en  uno de sus capítulos describe el potencial petrolífero de Venezuela en un futuro  no muy lejano. Y, el segundo, en su excelente y riguroso trabajo “Venezuela potencial energético. Bioenergía, Geotérmica, Mareomotriz,  Undimotriz e  Hidrógeno  Verde” (2022), señala la  diversidad  de fuentes  alternas de energía en el país, que convertiría a Venezuela en  la nación  de las oportunidades energéticaspara promover su desarrollo nacional, en  sintonía  con un proceso  civilizatorio en la que la inteligencia, el saber  y el conocimiento la clave  para el futuro de  un nuevo mapa energético

La visión optimista  y esperanzadora de un nuevo esquema  de energía, en el ánima de Nelson Hernández,  para el futuro de la nación,  una iniciativa histórica para dar inicio a la transición hacia un mundo  de energías no  convencional.Una empresa histórica  para  que los estados, las comunidades, sus hombres y mujeres, tengan la  oportunidad  de  deleitar su vida material  y espiritual   en un ámbito   floreciente de fuentes de energías  limpias y no contaminantes.Es la conquista más hermosa que los venezolanos tienen en sus manos para delinear el porvenir de Venezuela. La más hermosa empresa política   para hacer de  Venezuela una nación digna y responsable  en el concierto de las naciones. Es decir,  más que cualquier acontecimiento histórico que se haya suscitado  de nuestro quehacer vital. Todo ello,  en el marco de una auténtica República liberal,  civilista, democrática, federal, de libre mercado y de libre comercio. Una República  y  un  nuevo paradigma energético en una sociedad libre sin los prejuicios históricos derivados culturalmente  del rentismo, del estatismo, intervencionismo y del planismo; en fin,  la cultura del subsidio. La República, los estados,   las comunidades  y sus regiones, con sus hombres y mujeres,  sus familias, hijos  y nietos para decidir  libremente  en gobiernos federales,  en autogobiernos   a sus representantes de  los  poderes públicos y su  modo de vivir material y  espiritualmente condistintas  fuentes de energía en correspondencia  con su entornonatural y  humano.   Una auténtica Republica libertaria y  federal tal como la soñara el  ilustre merideño Picón Lares. 

Así, pues, el  trabajo que presenta al país  Nelson Hernández,  revela  la madurez intelectual de un ingeniero,  de un geólogo, de un geógrafo; un apasionado   por las fuentes alternas de energía,   en la que dibuja  el  porvenir   del futuro energético  de la nación. Una mirada, una perspectiva que trascenderá los viejos esquemas  del mundo petrolero tradicional. El futuro de la Venezuela no rentista, no estatista  e intervencionista. El futuro de la energía  en   manos de las regiones del territorio nacional en su estado  más floreciente y diverso. La energía  en todas sus  modalidades y tonalidadesen el espíritu de sus  hombres y mujeres.Un duro golpe  al poder del centralismo energético, rentista y estatista que ven en la Faja del Orinoco la ilusión del nuevo dorado. Así, piensa en la utopía de la Venezuela que se entrenaría con la dinámica histórica de un proceso civilizatorio que marcará para los próximos milenio  el fascinante mundo de la energía,   más allá de los fósiles convencionales.

 Pensar a Venezuela desde esa perspectiva novedosa, creativa e innovadora, convierte a Nelson Hernández en un  hombre de futuro; en un  hombre  contra  las mareas  convencionales del fosilismo, apostando  hacia un nuevo paradigma energético. Son los enanos de mente corta que  suelen  permanecer con  la ilusión del oro negro. Los hombres como Nelson Hernández,  son  los que marcan la historia con sus sueños y fantasías. En esa  faena histórica, persuade  a una nación  para que asuma  el reto político  del  salto   hacia  la conquista de un nuevo potencial energético  no convencional. Allí, reside el futuro de las regiones,  que dejará atrás   el paternalismo y el centralismo que ha  manipulado  la riqueza minera por más de un siglo. Ahora le corresponde esa tarea histórica a las regiones  en una perspectiva liberal y federal y en correspondencia con un mundo  que se encamina  hacia la constitución de un planeta  verde.

Ahora bien,  la otra Venezuela, la Venezuela del pasado,  la Venezuela del petróleo,  la que ha perdurado en el tiempo; fue  la Venezuela  que  descubrió y describió el  geólogo y geógrafo inglés, Leonard Dalton, que  recorrió el país entre 1910 y 1912.  El resultado de esa experiencia vital,  su libro Venezuela, editado en inglés,  una auténtica geografía económica del país.  En  esas páginas, describe con detalle   la riqueza agraria, pecuaria y minera, ubicada de manera desigual a lo largo y ancho del territorio nacional. El capítulo XVIII  “El Futuro de Venezuela”, es el capítulo en la que  Leonard Dalton   vio con claridad  el futuro  petrolero de Venezuela.  Además, otras  riquezas de origen no mineral. Tal era  el potencial minero y agrario  de Venezuela,que “podría rivalizar con Argentina en importancia mundial” (1989, p. 262). La situación geográfica  era  excepcional para impulsar   su comercio en el mundo.  La apertura del Canal de Panamá,  convertiría a Venezuela en el  en país que desarrollaría   un comercio  extraordinario  tanto con las naciones del mundo atlántico y con las naciones del Pacífico. El petróleo sería  la riqueza minera que tendría el mayor potencial de  Venezuela, en palabras de Leonard Dalton. Esa Venezuela, la  Venezuela del oro negro, la Venezuela petrolera,  que  se prolongó en el tiempo,  hasta colapsar con el gobierno de Chávez y  Maduro. La pregunta vital. Cuál será la Venezuela del futuro y cuál será el mapa energético que marcará su destino vital para impulsar su vida material y cultural, en  los próximos siglos.  La Venezuela que  debeló  su potencial petrolero, en los primeros años  del siglo pasado,  la  Venezuela del oro negro,  en total bancarrota. Se impondrá la ilusión del dorado: la Faja del Orinoco.  Nada fácil. Es cierto que el conflicto Rusia-Ucrania está provocando  un reacomodo del tablero petrolero mundial; que la economía Verde  no  cumplió con sus expectativas; lo cierto es que el planeta se encaminará, definitivamente, hacia un mundo  verde.

Por tanto,  el futuro energético de Venezuela,  de sus estados,  de sus regiones y de sus  comunidades,  debe  compartir  un proyecto republicano, liberal, civilista, democrático, federal, de libre mercado y de libre  comercio  a tono  con un paradigma energético , cuyos lineamientos centrales ha dibujado magistralmente el ingeniero petrolero,  especialista en energía, el académico  y miembro de la Academia Nacional  y Habitad de Venezuela, Nelson Hernández.

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