Carlos Fernández: nuevo modelo de Desarrollo
(Mérida, 78 años de Fedecámaras)
En la clausura de la 78 Asamblea de Fedecámaras, realizada en la prestigiosa Universidad de los Andes, en el Aula Magna, su Presidente, el joven empresario Carlos Fernández, señaló de manera contundente : el modelo económico de origen rentístico se agotó. Al mismo tiempo, dijo que Venezuela, la nación del futuro, de la esperanza, de los jóvenes, de las generaciones semilleros del espíritu empresarial, requería de un nuevo modelo de desarrollo en sintonía con la capacidad, la habilidad y destreza de millones de venezolanos, de temple vital, en correspondencia con un proceso civilizatorio donde la ciencia, la tecnología, la digitalización y la virtualización herramientas para diseñar formasde Estado, de sociedad, de economía y cultura con la impronta del conocimiento. Estados, ciudadanos y procesos complejos de vida material más allá del orden natural de las cosas. Un modelo de desarrollo a tono con los nuevos paradigmas que se están gestando en el seno de la más gigantesca civilización que se haya producido en la historia universal. Democracia, libertad y el mundo maravilloso del mañana que está germinando en el presente.
Una propuesta histórica, inteligente, atrevida y audaz del nuevo liderazgo empresarial, en la mirada de un joven, como Carlos Fernández, en ese gesto de contribuir con su ánima hacia la constitución de La Venezuela Empresarial dentro un marco de convivencia, de inclusión, de colaboración entre todos los sectores generadores de riqueza. Espíritu colaboracionista y respeto por todos aquellos que libremente acorde con la dinámica de la competencia y el mercado generen riqueza para acrecentar el patrimonio personal y beneficiar a la sociedad en general.
Un modelo desarrollo en que la industria petrolera tiene que jugar un papel de cierta importancia en el crecimiento de la vida material del país, siendo aún el petróleo una fuente de energía significativa en el mercado petrolero mundial. Es vital que su recuperación cuente con el capitalismo petrolero internacional, en un ámbito de seguridad y confianza institucional. Ello, bajo ninguna circunstancia, retornará el espíritu rentista al país. Nada eso. De igual modo, impulsar la transición histórica hacia un nuevo paradigma energético. Dentro de ese parámetro histórico, el modelo federal, una iniciativa política que potenciaría en cada de las regiones la más diversidad fuentes de energía, con mayor libertad, autonomía e independencia.
En ese sentido, la riqueza minera, en manos de las provincias, una condición vital en la que sus cuidadados serían sus responsables y participante activos en su explotación y disfrute para todos. Así, adiós al estatismo, al rentismo y al centralismo.
Ahora, los empresarios, los semilleros de la Venezuela creativa e innovadora, tienen el desafío de impulsar un nuevo modelo de desarrollo a tono con el espíritu de las Provincias, las protagonistas de la riqueza material y cultural que harán de esta tierra de gracia una nación a la altura de los tiempos históricos.
Hace sesenta años, Fedecámaras presentó en la Universidad de los Andes, en su Asamblea Décima Octava, la célebre Carta De Mérida, un documento histórico, con un nuevo modelo económico para estimular la riqueza material y espiritual del país en el marco de la libertad, de la democracia y del libre mercado. En efecto, el estatismo y el rentismo crecían, perjudicando la dinámica empresarial de las regiones. Una carta Económica que respondía al momento histórico nacional y mundial. Hoy, renovada y enriquecida con un nuevo espíritu empresarial a tono con unos tiempos históricos complejos, diversos e inciertos. Continuidad, cambios y renovación para estar a la altura del devenir. Memoria, conciencia e imaginación para echar los cimientos de la Venezuela empresarial, en el marco de un nuevo modelo de desarrollo con la impronta del federalismo, del libre mercado, con petróleo y el nuevo paradigma energético. Armando Branger y Carlos Fernández, dos empresarios, dos edades, dos momentos históricos, un ideal, la Carta de Mérida(1962) y un modelo de desarrollo (Mérida, 2022) en esa faena de ayer y hoy, para contribuir con esa Venezuela que todos soñamos. La Venezuela empresarial, la Venezuela del futuro, germinando desde el presente, labrada con la mano y el ánima de millones de venezolanos.