María Corina Machado: Soy liberal

0

 



María Corina Machado: Soy liberal

Ramón Rivas Aguilar

 

En Venezuela, ni en años recientes  ni en realidad  nunca, no hemos tenido una economía libre. No la tuvimos cuando éramos una  colonia española. No la tuvimos en el siglo XIX;  no la tuvimos durante la hegemonía andina, no la hemos tenido  en los años transcurridos desde 1945. Viene, pues,  de muy lejos  la pasión estatista e interventora  de los gobiernos Venezolanos  y también la costumbre  de que la función pública es para enriquecerse. Pero, en el camino, esas dos tradiciones  se han agravado monstruosamente  por dos factores nuevos: el socialismo y el petróleo. La verdadera revolución venezolana  y Latinoamérica  sería la que desencadenaría   la energía  y la  iniciativa y  premiare al ingenio empresarial  de los ciudadanos,  cualidades  que no son exclusivas de los norteamericanos, los japoneses  o los  alemanes, sino que forman parte de la naturaleza humana, y en las  que  Adam Smith y Marx coinciden al decir  que son la clave  despegue económico (Carlos Rangel,1988, pp. 104-136)).

 

Soy liberal,  una frase histórica  que revela la madurez  política e intelectual  de María Corina Machado para echar los cimientos de una auténtica sociedad  libre  sin los vestigios del viejo orden estatal, colectivista y comunal. En efecto, la Provincia de Venezuela ha experimentado  los más diversos modelos  del estatismo, de la planificación, del colectivismo, del esquema comunal, del socialismo, del comunismo y tantas variedades del intervencionismo que han  sustituido   la capacidad empresarial, innovadora y creativa  de los venezolanos por  la cultura del subsidio.  El resultado histórico,   la destrucción material y cultural de la nación. La  Venezuela, el más bello  país tropical del Caribe, en total ruina. Sin embargo, entre las cenizas, el resplandor  y el brillo de una praxis  liberal harta de todo tipo de estatismo  que asfixia el ánima  empresarial de hombres y mujeres de esta extraordinaria nación. En el rostro de miles de venezolanos,   la muestra  del deseo  de una Venezuela  decente, digna, trabajadora, responsable. Entusiasmo por una  Venezuela  libre, republicana,  liberal, civilista,  democrática, federal y de libre mercado. Dentro de esa perspectiva, María Corina Machado, una fuerza moral,  que expresa con coraje, con dignidad y con capacidad  esa fuerza vital republicana y civilista que lleva el venezolano desde hace unos cuantos siglos. Ella,  en conexión vital  con miles  venezolanos,  se erige en la  heredera histórica  de  la opción  liberal como el camino  para alcanzar el progreso  material  y espiritual de la nación y  así estar a la altura  de  los nuevos tiempos. Soy liberal,  un pensamiento y una  praxis social que representa  la tradición, la  continuidad y el  cambio  en  la evolución  histórica   de nuestro quehacer  vital. El liberalismo, una corriente del pensamiento político venezolano,  cuyas raíces  históricas se pierden en el tiempo. El cuerpo  central  del pensamiento liberal  consiste en la defensa de los derechos naturales del hombre: la defensa física y jurídica del individuo, la defensa de los derechos de propiedad y la  defensa de libertad  de pensamiento.  De allí, de la necesidad de  restituir las bases del  Estado  Liberal  con el propósito sagrado de proteger  los derechos naturales del hombre.  No suplantarlo por un una maquinaria estatal, personalista, rentista, colectiva y comunal, como se ha proyectado  a lo largo del tiempo histórico.

El proyecto liberal venezolano  cuenta  con una  tradición  histórica, que lamentablemente,   historiadores, economistas han querido negar. Un poco de historia.  Una primera manifestación histórica de la  corriente liberal que tuvo un  impacto intelectual en el pensamiento político de los criollos,  fue la Escuela de salamanca (XVI-XVII),  cuyo representante más significativo,  en la Provincia de Venezuela,   Juan Germán Roscio. Un teólogo y un sacerdote,  un pensador  que hizo del texto bíblico (antiguo y nuevo testamento), una  herramienta política para desmontar el mito de la doctrina del derecho divino de los reyes  y sentar las bases de la República liberal y federal, con la promulgación  de la constitución de 1811. La  imagen de Dios, de sus discípulos y  de Jesucristo,  los cultores del republicanismo y del liberalismo.  Una gigante tarea intelectual y política para demoler toda la arquitectura del vasto imperio español,  con  toda la simbología que significó históricamente  la espada,  la cruz, el estatismo, el intervencionismo, el mercantilismo, el rentismo,   el proteccionismo, el colonialismo, enemigos  de  los derechos naturales del hombre. Es decir, de la libertad individual,  soporte del progreso material y cultural de las naciones. Así, La Escuela de Salamanca se pronunció contra el imperio español  que  había violentado los derechos naturales  del hombre de  la sociedad precolombina. Una actitud digna, valiente y responsable ante la historia, de teólogos, juristas y sacerdotes, ante aquel imperio, dueño del mundo. No deja de ser interesante destacar  la rebelión  de Juan Francisco de León (1749) contra la Compañía Guipuzcoana (1728-1788), cuyas consecuencias históricas determinaron el inicio del fin del esquema proteccionista y la génesis y expansión del libre comercio que se materializó con la constitución de 1811.No obstante,  no fue posible  el desarrollo  auténtico  de una República liberal y federal, en un siglo  que se caracterizó por las revoluciones y  levantamientos que consolidó el poder del personalismo y el centralismo e  impidió  el desarrollo de la iniciativa empresarial. Sin embargo,  un siglo de una riqueza intelectual  del ideal liberal  contra  toda forma  de violencia  contra los derechos naturales del hombre. Un pensamiento y una praxis social  que se revela  en la cantidad de revistas y periódicos de la época. La  expresión institucional del  ideal liberal,  se observa en la Constitución Centro-Federal (1830), en el decreto de Garantías (1863) y en la Constitución  de 1864. El contenido  institucional de esas constituciones y del  decreto: la defensa  de los derechos naturales del hombre, en el marco de un Estado republicano, liberal, civilista, federal y de libre mercado.

Por tanto, es  de vital importancia  desde el punto de vista  historiográfico  restituir  la   tradición  liberal desde el inicio de la conquista y la colonización. Una tradición histórica, en la mirada de la Escuela de Salamanca,  de Juan Francisco de León,  del teólogo y jurista Juan Germán Roscio, con una generación como lo fueron los criollos, de una gigantesca  riqueza humanista  con  la más  profunda pasión por  el ideal liberal,  el fundamento último  de la libertad, fuente de  la riqueza material  y espiritual  de las naciones.

El  siglo XX venezolano, con una tradición estatista, anticapitalista, socialista,  y un estado dueño del petróleo que se apoderó  de la vida material  y cultural, significó para  el ideal liberal un retroceso histórico. Al mismo tiempo, en el escenario  planetario  la crisis del liberalismo (1899-1989)  representó  el paso  hacia una estructura de poder, el estatismo, el salvador de la humanidad ante  el capitalismo salvaje que provocó   desigualdades económicas, miseria material y espiritual en el concierto de las naciones. De allí, la intervención estatal mediante la planificación y la regulación  para corregir los fallos de mercado y así  redistribuir la riqueza  a través  de la justicia social. Se impuso  la mentalidad y la praxis  del estatismo en las más diversas y variedades formas  de estados y gobiernos: desde el socialismo, el comunismo, la socialdemocracia, el socialcristianismo un denominador común: El Estado. Una imagen  histórica  que se prolongó por unas cuantas décadas: culto al Estado. Un intento histórico por suplantar  el orden espontáneo de mercado, de la iniciativa empresarial. Todo se vino abajo  con la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión  Soviética.  El fin de la utopía  y el  esplendor  del libre mercado.  El fin de la historia. Un entusiasmo histórico que poco duró en el tiempo.

De nuevo la crisis del liberalismo,  de la democracia  y  el desarrollo de los populismos, el autocratismo y  formas culturales contra el capitalismo. La  pandemia  del estatismo en una  nueva etapa histórica  en la civilización  occidental. El problema  central de nuestro tiempo. Es vital la batalla cultural en defensa  del liberalismo  contra las viejas   y nuevas  formas culturales  contra el capitalismo, la democracia  y el libre mercado. Esas formas  culturales de ayer y de hoy,  tienen  como manto salvador  el estatismo como el camino para recuperar  el paraíso. Todo ello, oculta el odio,  el  resentimiento, la frustración  de una izquierda  infantil  que oh teme al mundo  de la libertad fundamento   de la dignidad humana.   La libertad, fuerza moral que nos hace libre  para rechazar el poder del leviatán con el afán de convertir al hombre en  una bestia, en tribus, en manadas  para adorar al dios Estado. El rebaño  sin los atributos del individualismo: el sueño de los cultores del estatismo.

Por supuesto,  La Venezuela del siglo XX, hija del petróleo,  no escapó a esa complejidad planetaria del culto al estatismo  que se mantuvo por unas cuantas décadas. Ella,  tierra de gracia, síntesis  de una tradición histórica de  estatismo, anti-capitalismo, antiliberal y anti-mercado, con toda  la cultura estatal  planetaria que se  gestó  desde finales del siglo xix europeo. El siglo XX, el siglo del estatismo.

Dentro de esa perspectiva histórica,  hombres, ideas y creencias, en torno al poder divino del estatismo,  tuvo su expresión  institucional a partir  de 1936 hasta 1999,  en las diversas constituciones  que se aprobaron  a lo largo  del siglo XX,    cuando le asignaron al  Estado  la función de ser  el organizador del desarrollo nacional. Así, nace  el estatismo,  la planificación, el rentismo como los fundamentos de una economía nacional. El Estado, motor de la vida material y espiritual  de la nación. En esa dimensión histórica,   la innata capacidad empresarial,  parte esencial  de la naturaleza humana fue sustituida por el Estado. El estatismo y el rentismo,  forjadores  de una sociedad  del subsidio  sin ningún aliento  empresarial. Un intento por cambiar ese  rumbo  histórico, se inició    con el nacimiento   de la COPRE (1986) y sus primeros pasos concretos  con el segundo gobierno de CAP (1989-1993). Es decir, el tránsito histórico del estatismo, del presidencialismo, del centralismo hacia una sociedad mucho más libre y descentralizada.  Se impuso la contra reforma. Los resultados histórico están a la vista: una gigantesca estatización, colectivización y comunal de la riqueza material y cultural del país,  con el signo que deja toda cultura  de tal naturaleza: bancarrota. Toda  esa  bancarrota nacional, proviene de la cultura estatal,  de la cultura  del subsidio, del intervencionismo, de la cultura del rentismo,  de la cultura del planismo  y de la cultura de la regulación.  

Todo,  esto  significa una agresión institucional contra   el espíritu empresarial, innovador y creativo de los individuos;  Hombres libres  que descubren sus  oportunidades  de generar riqueza  en el marco de un orden espontáneo de mercado y lo intercambia de forma voluntaria y pacífica.  Intercambio de título  de propiedad sin la injerencia estatal. En otras palabras,  la esencia  del liberalismo  que expresa   con todo fervor, capacidad, coraje y tenacidad intelectual María Corina Machado. Su ánima, en conexión  vital con miles de venezolanos,  que están  hartos  de esa cultura estatal  y rentística que quiere modelar  sus vidas  individuales. No.  Somos libres, por naturaleza,  expresión  de los derechos naturales del hombres, para dirigir nuestro destino vital, asumiendo las decisiones y consecuencias   de derivan de nuestro quehacer vital, sin el manto celestial y terrenal. Somos libres  y  capaces de asumir   retos y desafíos sin el papá Estado.   En tal sentido, María Corina Machado encarna ese bello  sentimiento libertario  de los venezolanos y les traza una ruta histórica  que es la alcanzar   la presidencia de la Republica (2024)  para impulsar    un conjunto de reformas estructurales y  así  sentar  las bases  de un Estado liberal que responda a las necesidades y expectativa  de los venezolanos  para lograr su bienestar  material y cultural en una sociedad auténticamente libre. Esta nueva  forma de ejercer el poder  desde una perspectiva liberal, nada que ver con el  capitalismo salvaje, con el tecnocratismo o con el neoliberalismo.  Los grandes desastres históricos   del siglo  XX y parte del tercer milenio, derivan  del estatismo, del socialismo, del totalitarismo. Las naciones que han adoptado el  liberalismo son las naciones más ricas del mundo. Una izquierda irracional   e ignorante no tiene la menor idea de  que los postulados del liberalismo son incompatible  con el neoliberalismo, cuyas raíces  históricas se encuentran   en el año treinta del siglo pasado.

Por lo tanto, María Corina Machado  representa  la esencia del liberalismo que revela  el camino para superar  la pobreza que  ha producido  la cultura del estatismo  y del rentismo  desde hace más de cuarenta años (1983-2023).  Un Estado liberal,  con un espíritu de subsidiaridad, con una connotación teológica, religiosa y cristiana, que  fomenta   la iniciativa particular,  la empresarialidad,   que colabora para que todos los venezolanos tenga la oportunidad de enriquecer  su vida personal, familiar y colectiva  sin estar mendigado dádivas al estado.

Por tanto, María Corina Machado,  representa la esencia del liberalismo,  una fuerza moral  para sacar  de la pobreza  a millones  a millones de venezolanos que han sido sometidos históricamente  al poder del estatismo,  del socialismo, del colectivismo, de los esquemas comunales, cuya pretensión  final  es  convertirlos en hombres- masas, en rebaños, en manadas al servicio del dios Estado. El  liberalismo, en esencia, consiste en el irrestricto  respecto del  proyecto de vida  de cada individuo sin afectar al otro. Pues, bien,  el Estado Liberal y sus  instituciones es la garantía  para  el desarrollo libre  de cada individuo  en un ambiente  de respeto y tolerancia.

 


Tal vez te interesen estas entradas

Uso cookies para darte un mejor servicio.
Mi sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Acepto Leer más