Nacionalización de la industria petrolera: Muerte
del rentismo
1/01/1976
A
Fabio
Maldonado
Pionero
de la idea del Excepcionalismo
Del
rentismo en Venezuela
El
1 de enero de 1976, una fecha histórica,
un acontecimiento vital que marcó
para bien o para mal el porvenir de la Provincia de Venezuela. En
efecto. Por un lado,
el inicio del fin de un ciclo histórico.
Y, por el otro, el nacimiento de
otro. Un cambio estructural, una transformación
profunda del Estado venezolano y
de su industria petrolera cuyas
consecuencias fueron difícil de prever
en el tiempo. Un acto
de tal naturaleza de envergadura nacional e internacional provocó confusión, desconcierto y desorientación en el país político y
cultural, por cuanto, ello representaba el fin del Estado rentista, de la mentalidad, de la
praxis del rentismo, del nacionalismo
petrolero, de sus consignas antimperialistas y anticapitalistas contra las
operadoras extrajeras que
manejaban el negocio del petróleo. En ese sentido, ese país político y cultural, de espíritu estatista y rentista, impulsó un clima intelectual contra
las compañías petroleras que manejaban
la producción y comercialización del petróleo en el mercado mundial y
que eran los responsables de la miseria y atraso histórico del país y que
produjo la liquidación del
bello paraíso vergel que poetizó
el insigne humanista Andrés Bello. Por eso, toda una batalla política y
cultural contra las concesionarias extranjeras para
devolverle al Estado la soberanía plena sobre el petróleo con la finalidad de sembrarlo
y recuperar la madre egea, el
sueño de los políticos, de los ideólogos,
de los intelectuales y de los poetas (1899-1976). Sí.
Vuelta al paraíso. La idea era
recuperar el grato perfume de los
cafetos persas. Sembrar el petróleo
y retornar a los bellos jardines y plantaciones de intenso color verde. Era el
imaginario bucólico y telúrico que
deparaba la belleza de la tierra
sagrada. El sueño fisiocrático.
Pues, bien, todo ese imaginario fisiocrático recreado por la política, por la ideología y por la
cultura de tantas generaciones, llegó a su fin
el 1 de enero de 1976. Así, la nacionalización de la industria petrolera abriría los caminos
hacia la conformación de
un Estado y una sociedad en una perspectiva no rentista. Fue el tránsito histórico de un
Estado rentista a un Estado empresarial.
En la nueva era histórica el Estado
dejaba de ser rentista para asumir el
reto de un Estado Empresario con la creación de Petróleos de
Venezuela en 1975, que se encargaría de
la exploración, la explotación, la refinación y la comercialización del crudo y así
participar en un nuevo escenario
petrolero mundial: producir y vender petróleo
en un mercado competitivo
petrolero internacional. Un reto
estructural. En otras palabras,
lo que se trata de señalar es que
el viejo modelo rentista moría y
ahora se tenía que producir y vender en el
mercado petrolero internacional. Se imponía una empresa capitalista, en manos
del Estado, para generar ingresos
con criterios de empresarialidad y no capturar renta al viejo estilo histórico. Esta dinámica histórica, que se
inició con el 1 enero de 1976, representó la crisis de los partidos políticos de izquierda y de
derecha representantes del nacionalismo petrolero, con ese acto
trascendental que se dio en Cabimas en aquella fecha histórica,
que la nación recuerda. Tal vez la organización política, más afectada por esa decisión histórica fue
Ruptura, un partido de izquierda, responsable político- intelectual de la
teoría de la renta, cuya figura central fue
Bernard Mommer (1970). En ese sentido, el
enfoque rentista, cuerpo teórico, histórico y político sobre el origen y
el destino de la renta petrolera, fenece
con la culminación de la
nacionalización de la industria
petrolera. Ahora, la Venezuela petrolera entra en una nueva fase de su historia que trascenderá las fronteras nacionales y será parte
fundamental del engranaje geopolítico
del petróleo a lo largo y ancho del
planeta. En efecto, el resultado
histórico de esa nueva perspectiva petrolera
que comenzó el 1 de enero de 1976
y su proyección en el tiempo fue el rol
que jugó Petróleos de Venezuela (PDVSA), una empresa capitalista, dueña
del Estado, en el escenario mundial de la energía, mediante el proceso de internacionalización y la apertura petrolera. Es decir, una
corporación de energía más allá de la
Provincia de Venezuela. Venezuela y su petróleo en el mundo global. Había
muerto el rentismo. Por ello, los ideólogos del rentismo,
sin teoría y sin praxis, confusos y desconcertados. Que hacer.
Ni la menor idea. La
nacionalización de la industria
petrolera puso fin a la teoría y la praxis del rentismo. Fueron
derrotados, históricamente. Sin duda alguna,
el proceso de acumulación y
capitalización de la industria petrolera nacionalizada, un golpe mortal al viejo
modelo del Estado rentista y a sus protagonistas, a sus políticos y a sus intelectuales. En este
caso, en particular a Ruptura y al padre intelectual de la teoría de la renta Bernard Mommer. Este
último, se va a la academia e inicia una
faena intelectual para rescatar el enfoque rentista y develar
las razones de cómo y porqué
murió el rentismo y como rescatarlo en las nuevas circunstancias históricas. Era
la década de los ochenta y los noventa. A partir, de esas décadas comienza una batalla política e intelectual
contra la internacionalización y la
apertura como los causantes de la
muerte del estado rentista y del rentismo.
Hay que devolverle a la nación la idea y la praxis que se deriva
del enfoque rentista. La solución era desmantelar esa corporación de energía,
petróleos de Venezuela con su internacionalización
y la apertura con la finalidad de recuperar el Estado rentista y así
capturar renta mediante el viejo
esquema impositivo que predominó hasta la nacionalización. Una vuelta al
rentismo. La vieja tesis de Ruptura y
sustentada teóricamente por su padre intelectual Bernard Mommer.
Dentro de esa
perspectiva política e intelectual, una
batalla cultural contra la
“hegemonía del tecnocratismo, del
neoliberalismo y del capitalismo salvaje”, agentes directos de Petróleos de Venezuela, una corporación de energía al
servicio de las grandes empresas capitalistas del mundo
global. Se impone en esa década de los ochenta y los noventa
la hegemonía del estatismo y del
rentismo, como la
opción histórica de recuperar el Estado
rentista y su eslogan esencial:
nacionalismo petrolero.
En efecto, el triunfo histórico del proyecto
político-ideológico del chavismo (1999), la oportunidad política para
eliminar, en definitiva,
la industria petrolera nacional, en manos de Petróleos de Venezuela “
agentes tecnocráticos y neoliberales del
imperialismo del oro negro”. Así, comenzó una política
petrolera, antimperialista y nacionalista, con la configuración de un
marco institucional para
restituir forzosa y artificialmente el Estado rentista con el propósito de
construir el socialismo del siglo XX1
y jugar un papel estelar en el
escenario geopolítico petrolero para constituir un mundo multipolar contra la hegemonía de los Estados Unidos
en el planeta. En todo caso, un Estado
rentista, montado artificialmente, una aberración histórica, que condujo al fracaso de la política petrolera del gobierno
bolivariano, cuyas consecuencias están a la vista: dejamos de ser un país
petrolero y sin ninguna presencia en el
escenario energético mundial. Un fracaso
total de una teoría y una praxis
del rentismo que dejó al país en total
bancarrota. Ese fue el legado histórico que dejaron los defensores de la teoría del enfoque rentista.
Qué ironía. Ruptura y
Bernard Mommer, responsables políticos e intelectuales de la teoría de la renta para
explorar el origen y destino de la renta petrolera
en la conformación de la Venezuela del siglo XX y como alternativa histórica sentar los
cimientos del socialismo con contenido
tercermundista, sin el rentismo, por aquellos años de la década de los 70. Todo
lo contrario, en las primeras décadas del tercer milenio, que pretendieron establecer las bases del socialismo bolivariano con ingresos petroleros de origen rentístico. En fin, con renta y sin renta, una catástrofe
histórica. Sí. Una teoría y una praxis, derivada del enfoque rentista, sin asidero científico utilizada política
e ideológicamente por unos revolucionarios y unos intelectuales llevaron a la nación hacia
la bancarrota total.
Son importantes las
reflexiones del economista venezolano Fabio Maldonado Veloza estudioso de la
temática petrolera, quien afirma que:
La política
petrolera actual del régimen venezolano (1999-2016) descansa en el falso
supuesto: que el viejo Excepcionalismo rentista sigue vigente. El gobierno no
ha comprendido que la naturaleza de la OPEP cambió con las nacionalizaciones…No
ha percibido que esto significa el fin del Excepcionalismo rentista. Ello
explicaría las razones por las cuales hace intentos infructuosos ese caduco
modelo rentista (Maldonado V. Fabio (2016). Venezuela y petróleo: la
restauración del Excepcionalismo rentista. En Actualidad Contable, FACES, Año
9, nro. 32, enero-junio, 2016,
Mérida-Venezuela, pp. 86-112).