Venezuela, Tierra de Gracia
De las
cenizas al resplandor
A
María
Corina Machado y Corina
Yoris
Las dos Corinas
que encarnan los postulados
De la tradición humanista. Esencia del liberalismo,
Del republicanismo y del civilismo
Un poco de historia.
La demolición de la
República. La demolición del capitalismo dependentista o rentista en la mirada
de sociólogos y economistas. Es decir, la
desintegración física y moral de la
Provincia de Venezuela. La devastación
material y cultural de una
nación. La nación que dejó un legado histórico gigantesco a lo largo y ancho de América Latina, con una proyección
significativa en el escenario mundial (1899-1998), hoy en bancarrota. La
Venezuela del petróleo; la Venezuela
civilista y democrática; la Venezuela país petrolero con influencia en el mundo Occidental; la Venezuela que sembró
el petróleo para cimentar las bases de su modernización; hoy desbastada y en
ruinas. En aproximadamente, dos décadas (1999-2024), sin ninguna confrontación
bélica internacional; sin guerras civiles; sin conflictos de orden religioso y cultural entre cenizas y escombros. Cómo
fue posible que llegáramos a una situación histórica de tal magnitud. Los signos son evidentes de esa destrucción, de esa devastación que
sorprende a los más estudiosos de los temas sociales del mundo. Cómo. Que pasó. Qué fuerzas históricas empujaron
a unas minorías de intelectuales, políticos y militares hacia la liquidación de la Provincia de
Venezuela con el fin último de crear el hombre nuevo, del buen salvaje al buen revolucionario. La locura de una utopía. El intento por alcanzar el comunismo mediante la implantación del Estado comunal, colectivista y la
democracia plebiscitaria. Razón última que explica el fin
de la república y el capitalismo en Venezuela. Una razón histórica
poderosa que se socializó a lo largo
de 100 años de vida republicana. Una creencia histórica que impregnó el ánima
de generación tras generación de
odio y del afán de destrucción contra la democracia y el capitalismo. En el fondo, las teorías revolucionarias, una
máscara, que oculta la razón
última que explica la demolición de la república: las pasiones, los odios, las venganzas que no soportan la grandeza y la capacidad creadora
innovadora de la democracia y del
capitalismo. Por ello, el hombre nuevo
el ideal contra el demonio del
dinero, en la simbología del capitalismo salvaje. En los rostros de esos idolatras [i]del
hombre nuevo, la imagen de la bondad, de
la generosidad y del sacrificio por el colectivo.
Sin embargo, la Venezuela republicana y civilista despierta de esta gigantesca destrucción con coraje, dignidad y responsabilidad para
echar los cimientos de una pedagogía
del respeto a los derechos naturales
del hombre: la vida, la propiedad privada y la libertad. En esa perspectiva, María Corina Machado y
Corina Yoris, dos fuerzas
históricas, dos fuerzas morales, revelan en su ánima
lo más profundo e íntimo del
republicanismo y del civilismo. Una
nueva historia de la
Provincia, tierra de gracia, se
abre hacia unos horizontes de fe y esperanza en el destino vital de los
venezolanos, convencidos de que el
camino para la grandeza de nuestra
nación está en la conquista y la recuperación de la
libertad. No hay vuelta atrás. La
historia republicana y civilista comenzó
a despertar en esta
geografía que tan amó Don Andrés
Bello y Cecilio Acosta.