Manuel Rafael Egaña (1900-1985) y su obra cumbre: el
Primer Anuario Petrolero Venezuela 1949 (Publicación
Oficial)
Importancia
Histórica
Ramón Rivas Aguilar
Manuel Rafael Egaña, una de las figuras pública
más importante de la Venezuela
del siglo XX, abogado y experto
petrolero, sobre la primera publicación oficial del Anuario Petrolero Venezolano (1949), señaló: “Considero como uno de los mayores
bienes que ha deparado la vida el haber
podido, realizar con la publicación de
este primer volumen del Anuario
petrolero Venezolano. En palabras propias: “Un designio que apreció en mi mente durante mi primera actuación como Ministro de
Fomento y que se afirmó durante largas meditaciones que dediqué al petrolero
venezolano que transcurrió entre el 5 de
mayo de 1941 y el 3 de junio de 1949”
Sin duda
alguna, Una obra de envergadura histórica
que recoge en sus páginas por
vez primera Mediantes cifras históricas el desarrollo, la expansión, el auge, el
fortalecimiento y consolidación de la Industria Petrolera en Venezuela entre
1917 y 1949. Una muestra histórica que refleja
desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo la
era dorada de nuestra industria
petrolera a lo largo y ancho del territorio nacional. Una publicación, una serie de estadísticas históricas sobre la industria petrolera en todos sus aspectos: desde los procesos técnicos,
económicos, sociales, culturales, fiscales y mercantiles. Una
publicación oficial de los EEUU DE Venezuela, del Ministerio de Fomento, de la Oficina técnica de
Hidrocarburos. En efecto. Hasta ese fecha (1949), los gobiernos
venezolanos no contaban con una publicación oficial que le permitiere tener
una idea global sobre el
funcionamiento de la industria petrolera
y su impacto en la vida nacional. Solo poseían cifras relativas en las páginas de las
Memorias del Ministerio de Fomento,
anuarios y otro tipo de publicaciones. Por tanto, Esa primera Publicación Oficial (1949), un resultado
histórico-intelectual que expresa
la preocupación central del gobierno
nacional para comprender e interpretar y tomar
decisiones fundamentales con todo lo relacionado con la industria petrolera en
el escenario nacional e internacional. Estos cálculos estadísticos demostraron cuán importante era la industria petrolera en el país, con
unos impactos gigantescos en la vida material y cultural de la nación y el mundo del Hemisferio Occidental. Es decir, se
habían cimentado las bases esenciales de una industria petrolera en Venezuela,
la más importante del tercer mundo.
Asimismo,
palparon los peligros de unos
competidores a nuestra industria, de Las
viejas naciones del Medio Oriente. Esa comprensión histórica despertó en el liderazgo petrolero la idea
de impulsar el viaje al Medio
Oriente, en el año de 1949, que significó
en el futuro inmediato el
nacimiento de la OPEC. En esa perspectiva, Venezuela se colocó en el más grande
gigante de la industria petrolera
mundial, en la vanguardia del nacionalismo petrolero que se proyectó en el tercer mundo. De igual modo, esas cifras históricas revelaron el potencial petrolero de Venezuela
que se proyectaría por unos cuantos siglos. La faja Petrolífera del
Orinoco, un ejemplo de lo que se acaba de señalar. Esa idea de que
tendríamos petróleo, por muchas décadas,
muchos siglos, tuvo un impacto psicológico de importancia capital en los hombres de la década militar, como fue
rechazar la idea peregrina, la tesis infantil, primitiva, telúrica y bucólica
de sembrar el petróleo. Era la idea del agotamiento del petróleo, un recurso natural finito y perecedero, provocando
temor y, como consecuencia,
prisa, prisa, para sembrarlo. En otras palabras, el petróleo tendría un futuro
maravillo alrededor de unos
cuantos siglos. Tendríamos petróleo hasta el infinito. En ese sentido,
esta publicación oficial (1949),
dejó en la conciencia de los
venezolanos la idea central de que Venezuela se había construido en una Venezuela
petrolera. Significó también el
desplazamiento de la idea de sembrar el petróleo.
En esa perspectiva, Manuel Rafael Egaña: “Como venezolano y como
funcionario público, yo me daría por plenamente
satisfecho si el panorama que presenta este libro contribuyera a formar en el pueblo de Venezuela, en toda su integridad , una
conciencia acerca de lo que ser la esencia de una política petrolera
venezolana, que yo concibo hoy así: la acción conjunta de nuestro Gobierno y de nuestro pueblo deben dirigirse a obtener
la mayor participación posible en
la riqueza de nuestro subsuelo y emplear beneficio económico de que ella se derive en la transformación de nuestro medio físico para hacer
más propicio a la acción creadora del
hombre “(1949).