Donald
Trump: la Paz
global y la Riqueza de las naciones
Ramón
Rivas Aguilar
Es
mejor producir y vender que hacer
la guerra. La guerra es la salud de los Estado. Se nutre con los impuestos de los ciudadanos y enriquece
a los dueños de las gigantescas corporaciones, los fabricantes de
armas y a los políticos. Además,
cuenta con toda una plataforma mediática para justificar la guerra ante
la amenaza de cualquier naturaleza política e ideológica que intente borrar del mapa mundial nuestra civilización. Así, los medios con sus escritores e intelectuales al servicio de esa
idea de que la
guerra es necesaria para
proteger los principios y los
fundamentos de la Civilización
Occidental. Tamaña hipocresía histórica.
La pregunta vital: quien paga los costos humanos, materiales y
culturales de unas guerras que dejan en el alma
de millones de hombres y mujeres dolor, dolor y tragedia. Por supuesto, los
cuidadnos con sus impuestos y, como consecuencia los resultados nefastos y
perversos que dejan en la economía:
deudas, inflación y recesión. Esa es la trágica historia de las guerras que dejan el
alma herida en el corazón de la existencia humana. Quién les devuelve a
esas familias a sus padres, sus hijos y
nietos que fueron a dar sus vidas por su
patria, para que otros aumenten sus fortunas los fabricantes de armas, los
políticos y los intelectuales liberales
de Norteamérica.
De allí, la importancia histórica de un líder político
y empresarial, Donald Trump, un hombre de estado, un estadista, un hombre a la
altura de las circunstancias históricas, con un poder extraordinario, que le
otorgó el más importante de los imperios de la historia universal, con una firmeza, una voluntad y una
capacidad para echar los cimientos de
una paz duradera que le permita a las
naciones la seguridad y el bienestar para todos . En otras palabras, no hay imperio y nación de este planeta que tenga la disposición política, espiritual y religiosa el deseo
ferviente de la paz mundial
que Donald Trump y la República de los EEUU. Es sorprendente
la reacción de la izquierda y la derecha, senil y atrasada, contra una propuesta de paz que viene promoviendo desde hace tiempo Donal Trump. Asoman
una propuesta de que es necesario unos 800.000. Mil millones de euros para un
plan de rearme y acabar con la guerra Rusia- Ucrania.
Irracionales. Insensatos. De nuevo. Quién pagará esos recursos: los ciudadanos
europeos con sus impuestos. Más deudas,
más déficit, más inflación. Locura del estatismo, del
intervencionista, de los expansivos gastos públicos y sus nefastas políticas económicas que
afectarán a los consumidores. Desde mi
perspectiva, como historiador, como
un mortal consciente de su finitud y de su mortalidad, comparto y apoyo la propuesta de paz que hace Donald Trump al mundo para poner fin a una guerra como la
de Rusia-Ucrania, que podría ser la
antesala de una tercera guerra mundial,
con un impacto catastrófico
para vida en la tierra. Lo que representaría una hazaña histórica de una figura estelar de la historia
universal como Donald Trump, la
culminación de una guerra, que
abriría una nueva era en
el mapa mundial. Un nuevo tablero
geopolítico para estimular
en un ámbito de libertad, de
seguridad y paz una convivencia pacífica global
en que se beneficiarían todos mediante
e libre comercio. Donald Trump, es un capitalista, un empresario, un excelente comunicador social, un gran
negociador, que le devuelve a los
EEUU su majestad imperial para imponer la paz en el mundo y hacer del comercio y los negocios y la
energía el camino de la prosperidad
material y cultural. Él, es un hombre
que maneja muy bien con inteligencia, audacia y sabiduría
el sentido común, que es la base
de la filosofía y la religiosidad
del mundo americano. El sentido
común, la realidad, el realismo, está por encima de las ideologías y todas esas estupideces en la que creíamos en la vieja idea de la
utopía. Tiene conciencia histórica. Sabe dónde está parado. Conoce
el pasado americano, el
glorioso siglo xix, con un empuje capitalista nada comparable en la historia
económica mundial, sin impuestos sobre la renta y sin banco central, con un patrón oro internacional, esa nación
la clave histórica de su gran poder
en el siglo xx que sorteó los
eventos históricos que marcaron ese siglo. Al mismo tiempo,
desde el presente sabe lo que quiere para los EEUU
Y el mundo, una paz mundial
para potenciar la riqueza de las
naciones. Para esto, es vital devolverle
el aliento histórico, cultural,
religioso: EEUU, PRIMERO. De nuevo será
respetada, admirada y seremos la nueva
potencia mundial para los próximos
siglos. Un hombre henchido de historia. Sentido común. El solo hecho de que una figura en el poder, en la que está
Donald Trump, se imponga como
reto histórico poner fin a la guerra-Rusia-Ucrania, me
merece mi mayor respeto y
admiración por que está
apostando a la paz mundial:
motor del progreso de las naciones.