Alberto Adriani: Hijo de su Tiempo Histórico Conciencia histórica

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Alberto Adriani: Hijo de su  Tiempo Histórico

Conciencia  histórica

                                                                                                                          

                                                                                                

Ramón Rivas Aguilar

 

 

La Venezuela de hoy,  la Venezuela,  hija del petróleo, atraviesa  una de las crisis históricas de mayor impacto    de su quehacer vital.   Es decir,  una Venezuela,  en total bancarrota: material y culturalmente. Se perdió el rumbo histórico. Las ideas y creencias   que  sustentaron  las bases   del desarrollo  nacional, por más  de un siglo  se han desvanecido. No sabemos qué hacer  y a qué atenernos.  El presente incierto y confuso y  desconcertante. El futuro  sin ningún  horizonte que ilumine  el camino. Qué hacer. Un sendero. Una vuelta al pasado. Es de interés  sobre esa perspectiva,   las reflexiones filosóficas  sobre el  fenómeno  histórico, en la mirada  del pensador de Guadarrama, Don José Ortega, cuando entramos  en fase de agotamiento  de las ideas y creencias   que  preservaban  una forma  de vivir   en la sociedad en general:  una mirada al pasado.

En estos tiempos de tanta complejidad, contradicciones y paradojas, en la que pareciera que nuestro país estuviera sumergido en la desesperanza, el caos y el abismo se agiganta la mirada de uno de los grandes economistas de mayor estatura intelectual del siglo XX venezolano: el insigne merideño Alberto Adriani. Alberto Adriani fue un economista  que examinó los acontecimientos políticos, económicos, culturales, científicos y filosóficos que estaban determinando el destino de la civilización occidental y percibió con claridad como transitaba la Venezuela rural hacia una minera, urbana e industrial, en una época histórica en la que agonizaba el pensamiento liberal y emergía una nueva concepción del Estado para impulsar las fuerzas económicas. Fue hijo de una Mérida, una meseta anclada entre las montañas y cordilleras, aquella Mérida que tanto le fascinó a los emperadores romanos, y que sigue cautivando a quienes la visitan para regocijarse placenteramente de tanta belleza y majestuosidad. Este joven talentoso, disciplinado y de un amor por el saber como el único camino para transformar la vida material y cultural de nuestros pueblos en general, nació en un pueblecito, la pequeña Zea, arropada entre nubes y asediada silenciosamente por el espíritu religioso de sus habitantes,  en la que se percibe aún la fragancia y el sabor que se desprende de sus cafetos, la tierra que cultivaba el café para ser saboreada por la aristocracia europea en aquellos días. En ese contexto, en la que se debatían las fuerzas económicas para decidir el camino de la humanidad, Alberto Adriani, pensador y hombre público asumió la responsabilidad de contribuir con el desarrollo del país mediante un proyecto nacional en el cual le asignó al Estado un papel esencial para dirigir y canalizar las potencialidades humanas y naturales de la geografía Venezolana. Estaba consciente de los riesgos de una riqueza efímera como el petróleo, pero también sabía que si se sabía utilizar en forma inteligente y racional ayudaría a impulsar una agricultura moderna. A él, se debe la imagen “sembrar el petróleo” y uno de los ideólogos que formuló por vez primera las bases de un Estado moderno para el desarrollo de la patria del Libertador.  En fin, Alberto Adriani fue un hombre en sintonía con su tiempo histórico y supo engrandecer a su nación mediante su pensamiento y una voluntad para transformar de manera radical el destino de Venezuela. Su obra política, económica, filosófica y cultural es un libro abierto para que las nuevas generaciones de economista beban de su espíritu perenne y así engrandezcan con pasión, voluntad y amor una Venezuela que intenta buscar un rumbo claro y distinto para estar a la altura de las circunstancias históricas mundiales y nacionales.  Por tanto,    divulgar su pensamiento a lo largo y ancho de nuestra patria. En ese sentido,   es vital   promover un debate de Altura con el fin de examinar a la luz de los nuevos tiempos las reflexiones económicas, políticas y filosóficas de Alberto Adriani y de esa forma renovar con espíritu crítico sus ideas y ponerlas al servicio de la Venezuela de hoy.  Un debate intelectual  para todos aquellos que tengan interés por el destino de nuestra patria expresar sus reflexiones, su pensamiento e ideas  a través de propuestas y proyectos como solución a la crisis histórica  que está viviendo la Venezuela de Hoy.  


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