¡Ante Un
Nuevo Mundo!
“Adiós Época Contemporánea”
(Luis Herrera Campins)
(El Universal, 17 de julio de 1969)
“Génesis de la
Era Cósmica o Sideral”
Ramón Rivas Aguilar
Este año se celebra un año más de uno
de los acontecimientos científicos de
mayor alcance universal: el ascenso del
hombre a la luna. Sí. Fue en el mes de julio de 1969 que se produjo
una de la más gigantesca aventura de la ciencia como fue la de poner un hombre en la luna. Por vez primera en la historia de la humanidad
el hombre dejó de contemplar la magia, el misterio y la belleza que despertaba en el ánima de los poetas para apoderarse de ella y convertirla en un medio con fines científicos y prácticos. Una de las consecuencias más significativa para el futuro de los
estudios de la historia universal, fue el cambio radical sobre la manera de
cómo y de qué manera se examinaba y se
estudiaba la historia universal, hasta ese entonces. La Historia Contemporánea que se impartía en las distintas escuelas, academias y
universidades llegaba a su fin ante el impacto del viaje a la luna en la
tierra. Ahora, con la primera imagen de la tierra, desde la luna,
una imagen de totalidad, diversa,
plural y compleja. Así, nacía la historia mundial, global, cósmica; en todo caso la historia planetaria.
La Época Contemporánea que se inició
con la revolución francesa hasta los años setenta, moría. La muerte de un ciclo
historiográfico: la Edad Contemporánea.
En ese orden de ideas, desde una geografía caribeña, Venezuela
,tierra de gracia, Un político
venezolano, Luis Herrera Campis,
expresidente de la Republica,
percibió el impacto
historiográfico de esta hermosa empresa científica que cambiaría para siempre la manera de cómo
se interpretaban los eventos históricos,
sus etapas, sus cambios, sus
transformaciones y sus crisis. En tal
sentido, este acontecimiento científico de envergadura universal, puso fin
a lo que se podría llamar la Edad Contemporánea y dar paso al nacimiento de la era cósmica. Una revolución
intelectual que permitiría en
perspectiva indagar los fenómenos históricos desde una dimensión
planetaria. En todo caso sideral,
cósmica o global: adiós a la historia moderna, a la
historia contemporánea, a la historia nacional, localista y provincialista. Ese suceso de dilatación planetaria,
significó para el expresidente
Luis Herrera Campis una gigantesca transformación en los estudios sobre
los hechos históricos y su
proyección en el devenir. Sobre este aspecto, escribió:
Cuando
estudiamos la historia universal y veíamos las diferentes etapas en la que se divide ordinariamente, se decía hacer referencia a
la última: Y la época contemporánea, que comienza con la revolución francesa y
dura Hasta nuestros días. Después de 180 años, en el mismo mes de julio en qué
principio, se dispone a morir la Época Contemporánea, para dar paso a la Era Cósmica o Era Sideral, que se ha
venido anunciándose- a impactos de
ciencia y técnica- en los últimos años …
Esta nueva época debe encontrarnos preparados. Jamás el hombre había tenido
tanta proyección y tanta trascendencia
(¡ANTE UN NUEVO MUND ¡ Adiós Época Contemporánea (Luis Herrera Campins. El Universal, 17 de julio de 1969).
Una
visión de suma importancia para los
futuros historiadores indagar los hechos históricos a partir
de esa gigantesca epopeya como
fue la de colocar un hombre en la luna, con unos efectos que aún
todavía no alcanzamos a
comprender desde una dimensión de la filosófica de la historia de cómo
y de qué manera investigar los
fenómenos históricos a
partir desde una perspectiva global.
Una revolución historiográfica que
abrió los senderos para escudriñar
los acontecimientos históricos desde la historia mundial. Sin duda alguna, el expresidente Luis Herrera Campins tuvo la osadía
intelectual de descubrir hace 54 años de esa aventura científica, el fin de la Edad Contemporánea y la génesis de la era cósmica, con inmensos
impactos historiográficos en el quehacer vital del mundo histórico de origen
cósmico, sideral o planetario. Adiós,
a la historia nacional, patriotera,
endogenistas, tercer mundista, localista,
parroquiana. El mundo de hoy se
mueve en un ritmo histórico global.
Ampliando el horizonte de tan
significativa osadía científica,
considerada de una trascendencia
planetaria de tanta importancia
para el futuro de la humanidad,
comparada con el nacimiento de
cristo y el descubrimiento de
América, que repercutieron en el devenir
de los procesos históricos universales. Para muchos pensadores, el punto axial del
nacimiento de la conciencia ecológica
mundial. Para otros, el paso de
la inmortalidad de la especie humana al escalar
la vida en otros planetas. El
punto azul para la continuación de la reproducción de la especie humana. Otros, la posibilidad de historiar
la vida de hombres
de carne y hueso, como parte
esencial de la dinámica civilizatoria más allá de los relatos de los grandes imperios y de sus héroes. La pequeña historia, engarzada
en el mundo de los eventos
globales. Dentro de esas miradas, es de relevancia destacar la reflexión de unos responsables de esa inmensa hazaña, el
científico Von Braun, quién comparó ese
evento con la primera especie marina que saltara a la corteza terrestre. Una tarea
gigantesca para los historiadores del futuro. En todo caso, ya nada escapa al
influjo determinante de la historia
mundial. Cualquier acontecimiento
de distinta naturaleza del orden
natural y social, tendrá una repercusión en el escenario
planetario.
Hoy, con las tecnologías más
sofisticada de la era de las comunicaciones,
en un instante nanotecnológico cualquier evento será
de carácter global. Todo ello,
como fruto de dos huellas que
marcaron la soledad de aquel planeta,
errante y subsidiada con el resplandor del
astro gigante: la luna. Esa hermosa
luna tan acariciada
poéticamente por el poeta de la India Tagore.
En fin, como señala con agudeza intelectual el título del artículo del expresidente
Luis Herrera Campins: Ante Un Nuevo Mundo. Adiós Época Contemporánea