Nunca Más Lili Marleen: la gran novela venezolana David Alizo (1941-2008)

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Nunca  Más  Lili  Marleen: la  gran novela venezolana

David Alizo (1941-2008)

Ramón Rivas

A                                                                           

Alfredo Moreno

Amigo  inolvidable

En aquellos días    embriagó    en     el ánima  de una generación La tierra prometida.

La Arcadia  de los Andes.

Aún permanece  en uno de los rincones  de aquel pueblecito  la Mesa de Esnujaque  una fotografía   que desafía la ira  del Nazis  Martín Fush.

 

Cautivante y fascinante “Nunca Más Lili Marleen,” la gran novela de la literatura trujillana, en la Mirada inquisitiva y provocativa  del colega y  profesor universitario  Juan Pedro Espinoza. Comparto  esa apreciación de este amigo, obsesionado por la literatura fantástica y por los episodios   misteriosos del mundo policial. Tal vez,  en mi docta ignorancia,  las más exquisitas de las ignorancias, una de las novelas  de mayor importancia  histórica y literaria  que se haya escrito    en la   novelística venezolana. Esa novela con tantos  episodios  históricos, geográficos, literarios,   cargada  de tantas metáforas,  sobre  una pequeña historia del estado Trujillo, de la cuidad de Valera, de la Mesa de Esnujaque,  de una parte de la historia  de Venezuela, de Europa,  de la Alemania Nazi,   muestra la capacidad  gigantesca  de creatividad, de imaginación, de ficción  y erudición  que sintetiza   los elementos  que  determina la naturaleza   del mundo  de la filosofía y la lógica.: lo particular, lo singular y lo universal.  Lo  uno, lo otro y lo diverso  en imágenes  que denota  con su memoria  la descripción de  multiplicidades    de  mundos tan diversos, partiendo de   una experiencia  vital  sobre   un personaje extraño y raro  que llega a un pueblecito  del Estado Trujillo. La Mesa de Esnujaque. Desde  allí,  comienza  una pesquisa  policial sobre un personaje  que descubrió y vio en una foto,  cuyos antecedentes   provenían  del mundo Nazi.  En la novela Martín Fuchs, un agente nazi,  un agente de la S.S., un asesino, un torturador, un bárbaro,  responsable  de todo lo que representó para la humanidad el Holocausto.  Un hombre, Martín Fuchs,  elegante, de buen vestir textil,  de pocas palabras,  fue  parte de la estrategia  alemana de la solución final.   Lo sorprendente  y lo maravilloso de David Alizo, cuentista  y novelista venezolano, de tierras  trujillanas, de la cuidad de Valera,  es esa poderosa   y   gigantesca   narración  literaria  con una memoria  y una imaginación  extraordinaria sobre ese pequeño  episodio,  allá en  ese pueblito la Mesa de Esnujaque, que   rompió  las fronteras regionales,  nacionales y Latinoamérica hasta  llegar al corazón de la Europa  Occidental  en manos  Del Nazismo.  La derrota histórica del eje del mal,  provocó la fuga   de miles de    agentes   por el mundo,  llegando uno de ellos  a un pequeño  paraíso  trujillano: la Mesa de Esnujaque: Martín Fuchs. Con ese personaje  nace esta novela maravillosa y aleccionadora moral  y éticamente. No sé  porque esta novela  me hace recordar  La Montaña Mágica de Tomas Mann. No lo sé. Seguramente,  la Montaña Mágica revela la  enfermedad   de Europa.  Su decadencia histórica, como resultado de la frivolidad  y la irresponsabilidad de los señoritos,  con sus enfermedades, dándole   la espalda  a esa  Europa  que iba al  abismo en manos   de los nuevos bárbaros: los nazis. Esa enfermedad  dejó una estela, un signo, una figura, un agente  del nazismo, en un  pequeño lugar,  en una montaña  del Estado Trujillo: la Mesa de Esnujaque. Hasta allí,  llegó  el resultado  de esa enfermedad  histórica que   puso a Europa  hacia  el precipicio.  

La grandeza   literaria e histórica  de esta novela del  cuentista y novelista David Alizo,  que develó de esa pequeña  Arcadia   la  historia universal del Nazismo   y su proyección mundial a través  de un pequeño personaje, agente de la S.S., convencido que había llegado   a la tierra prometida.  Allí, está mi salvación, en el silencio de  Martín Fuchs. No obstante, lo atormentaban  los viejos recuerdos de la barbarie   que impedía en él  tener seguridad  en esta tierra,  donde era   objeto de persecución. Su cuerpo tembloroso al escuchar la palabra el Mossad.  En aquellas noches los ruidos de los aviones atravesaban las montañas trujillanas y perturbaban la tranquilidad de ese personaje que vio con sus propios ojos el genocidio nazi.  Sabía en definitiva,  que en esta tierra no habría  seguridad para  un asesino. En efecto.   Se armó  una logística   para la cacería de esa bestia nazi que resultó   infructuosa.  La novela describe detalles sobre esa persecución; huye  por todos lados para  buscar un lugar seguro. Sin embargo,   fue asaltado  y asesinado por  unos  ladrones, en una calle  de la cuidad de los techos rojos.   La Novela  de David Alizo  deja una lección moral. En este mundo,  en esta tierra, en este  planeta,  no hay  seguridad posible   para los asesinos y los bárbaros. La justicia   revela   formas inimaginables desarrolladas   por la creatura humana. Todo  sorprende  en esa narración  histórica y literaria  de una Canción alemana  que refleja   las andanzas de un soldado  que se despide de su novia  bajo la luz de  una farola. El destino, el amor y la esperanza  de volver encontrar a  su   amada   bajo  la luz de  una  farola. Por tanto,   la novela “Nunca más Lili Marleen”, la novela de David Alizo como recuerdo y como esperanza. Rememorar las estrofas de esta canción “Lili Marleen” como una alegoría al amor y a la paz que hoy reclaman las naciones del mundo:

Frente  al cuartel  delante del portón,

Había una farola, y aun  está ahí;

Allí volvemos  a encontrarnos, bajo la farola, estaremos como antes Lili Marleen

Nuestras dos sombras  pareciera una sola, nos queríamos  tanto  que daba esa impresión.

Toda la gente la verá, cuando  estemos bajo la farola. Como antes, Lili Marleen. 

Pronto  llama  al centinela  están pasando revista. Esto te puede  costar tres días, camarada, ya voy-entonces  nos decíamos adiós. Me había encantado, contigo Lili Marleen.

Ella conocía tus pasos. Tú elegante  andar. Todas las tardes  ardías  aunque ya me haya  olvidado, y sí  me pasara algo ¿Quién se pondría  bajo la farola  contigo Lili Marleen?

Desde el espacioso silencioso. Desde  el nivel del suelo  me elevan  en mi sueño

Tus adorables labios  cuando la niebla nocturna  se arremoline yo estaré  en la farola  como antes, Lili Marleen.

La cantó por primera vez Lale Andersen

Letra: Hans Leí (1915)

Composición: Norbert  Schütz

Cantante: Marlene Dietric (1945)


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