Caracciolo Parra Pérez (1888-1964) Estado, petróleo, Bolívar Fuerte y desarrollo económico
(1936-1945)
Ramón Rivas Aguilar
Caracciolo Parra Pérez, uno de los historiadores y diplomáticos de mayor prestigio de la Venezuela cultural del siglo pasado. Su labor como historiador del proceso emancipador y de la figura de Francisco de Miranda, es de una estatura intelectual que se le puede considerar insuperable e inimitable. Como hombre público y diplomático, tuvo el privilegio de palpar los acontecimientos políticos que marcaron el rumbo histórico de la civilización Occidental: 1914-1945. Un hombre excepcional, una experiencia vital y un testimonio que oteó el impacto del totalitarismo en Europa y el peligro que ello representaría para una Venezuela que transitaba el camino de la tiranía a la democracia:1936-1945.Consideraba a los camaradasagentes del imperialismo ruso; camaradas incitando en el país la lucha de casta y de clases. Por lo que era vital encauzar a Venezuela hacia el camino liberal y participó activamente en esa idea en la vida política del país entre 1936-1945. La democracia era el camino para salvar a Venezuela del comunismo de la cortina de hierro. Para tener una idea de lo que significaría la Hoz y el Martillo, símbolos representativos del partido Bolchevique, en la Venezuela de Gracia, el historiador merideño describió la naturaleza política del sistema totalitario soviético de la siguiente forma:
En Rusia, imperio de más doscientos millones de habitantes, continúa el despotismo de una oligarquía apoyada en un ejército más militarizado y agresivo que antiguo alemán; y que es dueña de la maquinaria del partido, el cual partido se compone de tres millones de inscritos,….Al cabo de cuarenta y cuatro de tiranía, se está aún el periodo de la edificación del socialismo. La paciente tierra rusa y el buen Mujik Iván no pertenecen ya al gran duque Vladimiro ni a un boyardo cualquiera, sino al Estado soviético cuyo presente avatar es el camarada Kruscheff. Porqueesta última encarna el Estado soviética como Atahualpa encarna al Estado incaico (Diario de navegación, Caracas 1999, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia p. 223)
Por lo que desconfiaba de los sistemas y de las ideologías como solución a los problemas políticos y económicos de las naciones. Así, se lo hizo saber al ex Ministro de Hacienda, Alberto Adriani, uno de los hombres más cercanos al gobierno de Eleazar López Contreras. Esta reflexión revela porque el Programa de Febrero fue un programa sencillo y modesto y en el cual él jugó un papel destacadísimo en su redacción. Como político y diplomático de un país, como Venezuela, que comenzaba a embriagarse con el olor penetrante del oro negro, no le fue ajeno los temas sobre el petróleo, el tipo de cambio y el bolívar que estaban condicionando la vida material y cultural de la nación. En primer lugar, no simpatizaba con la imagen sembrar el petróleo, por cuanto esa frase daba la sensación de catastrofismo ante el temor del agotamiento inmediato del mismo. No. Era una tontería soñar con ese símbolo que encarnaba la construcción de una sociedad post-petrolera. No. La nación tenía que depender de los ingresos petroleros y utilizarlos racionalmente sin estar esperando como alternativa el retorno a la sociedad agraria del siglo XIX. Según él, era el petróleo lo único que teníamos en nuestras manos. Por lo tanto, había que sacar el máximo provecho a las compañías petroleras y así estimular con el ingreso petrolero una economía moderna acorde con las necesidades del país sin esperar el retorno al edén. En segundo lugar, defendió la revalorización del Bolívar como parte de una política cambiaria y monetaria en la que el Estadocontaría con más dinero y así holgadamente planificaría el desarrollo económico. Es decir, no había otro país del planeta, como el caso de Venezuela, cuyocrecimiento económico depende del subsuelo. De allí, que no existía literatura económica clásica del primer mundo para explicar la naturaleza de un Estado petrolero, como el de Venezuela. Para el insigne merideño, lo fundamental era como extraer el mayor resultado económico al capital petrolero mundial mediante una inteligente política fiscal y aprovechar hasta donde fuera posible la revalorización del bolívar como una vía para obtener más recursos monetarios. Desde luego, no examinó la naturaleza del ingreso petrolero. No. Solo se interesó en la forma de como el Estado terrateniente tenía que obtener el mayor beneficio posible de las concesionarias extranjeras.Tenemos petróleo y lo vendemos sin problemas en el mercado mundial.
De haber leído el tomo III de El Capital de Marx, Caracciolo Parra, hubiese afirmado: esto es renta. Sobre estos aspectos, el insigne historiador merideño, sostuvo: El caso de Venezuela no está en los libros. Nosotros tenemos que ordeñar las petroleras con el Bolívar fuerte al precio actual (Diario de navegación, p. 87). Adiós con la soñada sociedad telúrica y conuquera arraigada en la mentalidad fisiocrática del siglo XIX. En palabras del historiador merideño: Un país que lo importa todo y exporta poquísimo, haría un disparate obrar de otro modo (p.87).
Dicho de otra manera, no creía en la desvalorización del Bolívar como promotor de las exportaciones no tradicionales. En tal sentido, la inutilidad y el izquierdismo infantil de volver la mirada hacia el pasado fisiocrático. En todo caso, era vital con el Bolívar fuerte promover el desarrollo nacional. Era una necedad insistir en la idea de la desvalorización del bolívar como solución al problema económico nacional (p.97). Ahondando sobre estos temas, y, en particular el petrolero, en la percepción del historiador merideño, sostuvo una conversación interesante con el economista francés Pierre Denis, en el año de 1936.La conversación giró en los siguientes términos: Pregunta el economista francés:
¿Qué piensa sobre el problema petrolero?
Respondió Parra Pérez: (No hay problema)
¿Quiere la respuesta de un libro o de un venezolano?
Vea usted:
El petróleo es una vaca y la vaca tienen cuatro tetas. Venezuela puede chupar a dos carriles tres tetas; pero debe dejar la cuarta al becerro porque si muere el becerrillo se acaba la leche (p.88).
Ahora bien, ¿Y las teorías científicas y las ideologías sociales y patrióticas?
Al cesto (p.88).
Puro rentismo ¿Qué hacer? Lo que había que hacer con inteligencia y sentido común, según Caracciolo Parra Pérez, no matar el becerrillo e invertir parte de los ingresos petroleros en el crecimiento económico mediante un vasto plan de inmigración con población blancasin estar añorando los viejos bosque del poeta Virgilio.Era de la idea de vivir del petróleo y ayudar a crecer modestamente la agricultura y la industria con una moneda fuerte sin estar pensando en la creencia de que había que sentar las bases de una economía post-petrolera ante el repentino agotamiento natural del oro negro. Seguramente, para él, el problema era a largo plazo, por un lado. Y, por el otro, Venezuela, para ese momento, tenía un brillante porvenir por contar con una abundancia significativa de hidrocarburos para alimentar el aparato industrial de los países de occidente.
En otro orden de ideas, señaló que sobre el tema de la moneda se pueden leer todos los tratados de este planeta sin que eso no nos ayude a explicar el comportamiento monetario y fiscal del país. Por esto, recomendaba las sabias orientaciones del ex presidente del BCV, Gustavo Herrera, cuando dijo: …En el caso de Venezuela debe consultarse el libro que nadie lee: El libro de caja.
En materia de política económica internacional, en el área de las relaciones comerciales con otras naciones, compartía la tesis del libre comercio como la vía para promover el desarrollo económico en condiciones de igualdad y equilibrio. El esquema proteccionista, era un esquema autárquico y primitivo.
En fin, el insigne historiador Caracciolo Parra Pérez uno de los pioneros de un proceso de acumulación de capitalderivado de la renta petrolera. Asimismo, no era de la idea de construir una economía post-petrolera. Venezuela tenía futuro con el petróleo.De igual modo, el bolívar fuerte el camino para acelerar el crecimiento de la economía nacional.Adiós a la tesis adrianista de la valorización del bolívar y el sueño de una economía agraria moderna. Y, en el marco de las relaciones políticas y económicas internacionales: democracia y libre comercio.