Felipe Larrazábal (1816-1873): liberalismo, fisiocracia y globalización

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Felipe Larrazábal (1816-1873): liberalismo, fisiocracia  y globalización

Ramón Rivas Aguilar

A

Vitaliano  Graterol

Amigo y colega de academia

Dejó  en generaciones tras generaciones  la grandeza intelectual del siglo XIX.

Su grata conversación cálida y serena, en los pasillos  de la universidad, sobre los cimientos de una nación que debatía su  destino vital entre el personalismo y el civilismo, en aquel siglo que parecía  resplandecer en el ocaso. Nuestra gratitud y que en su andar académico reflexionó sobre a algunos de  los problemas fundamentales  del siglo XIX  con  repercusión  significativa en  el porvenir  de la Venezuela del siglo pasado.

 

Uno de los  pensadores liberales más lúcidos del siglo XIX venezolano. Utilizó el periodismo   para divulgar sus reflexiones  sobre los temas políticos y  económicos  tanto nacionales como internacionales. El liberalismo, el pensamiento económico, el agrarismo, y la dinámica  del capitalismo, como resultado del maquinismo y del industrialismo, fueron parte fundamentales  de sus  análisis en un  contexto histórico  en el que   moría el viejo orden  medieval  y  nacía    una era   histórica  en la que  el vapor se expandía por los rincones del planeta.Era vital  una reflexión  de tal naturaleza para develar  cómo y de qué manera la Venezuela post-colonial  tenía que  insertarse  en ese nuevo  orden económico  y político que estaba transformando la faz de la tierra. Pensó el origen y el destino de una nación   desde una perspectiva civilizatoria  marcada por   la revolución industrial. En otras palabras, cuál  sería el papel  de un proyecto liberal para un país en la  que su vida material  y social giraba alrededor  de la cuestión  agraria y ganadera. Un país agrario o industrial, el dilema histórico para una nación de tantas dificultades políticas y económicas  con el fin   impulsar  un modelo de acumulación de capital y  así   acelerar  su crecimiento  económico,  seguro y estable. El mercantilismo, la guerra y los personalismos  serios obstáculos para el impulso  de un capitalismo moderno y agrarista. Al mismo tiempo, la expansión del maquinismo y del industrialismo inglés sentó las bases  de una división  internacional del trabajo y de las ventajas comparativas absolutas y relativas, que impedía, en definitiva,  un proceso de industrialización en la Provincia de Venezuela. Qué hacer en la mirada de Felipe Larrazábal: modernizar el campo y otras actividades anexas  y  participar  en el comercio internacional. Era  la tarea histórica  de los gobernantes para promover un proceso de modernización de las fuerzas económicas y sociales del campo. Un poco de historia.

 

 

Convencido  de que el viejo orden imperial, colonialista, estatista, intervencionista, mercantilista y proteccionista, ávido  de metales preciosos, obstáculo al desarrollo de la agricultura y la ganadería  mediante el esquema impositivo, el más perverso y más  nefasto, para apropiarse del esfuerzo productivo de los hombres ligados al mundo agrario. Esto produjo  una rebelión histórica  republicana, liberal  y fisiocrática  contra la mentalidad y la praxis social  mercantilista. La génesis de un Estado liberal en defensa de los derechos naturales del hombre. De igual modo, favorecer la rama de la economía agraria y ganadera,  la base de la prosperidad de las naciones. Las banderas del fisiocratismo, el signo de los tiempos históricos  para un país como Venezuela  y su vínculo económico  con el mundo  del maquinismo y del industrialismo.

Esas ideas sobre la  importancia  de la cuestión agraria y ganadera para la grandeza material y cultural  de las naciones,  así como también las causas  del atraso histórico  de la agricultura,   de cómo protegerla  mediante la acción de un gobierno liberal, están plasmada  en  una conferencia  que dio  en la Sociedad de Agricultura de Caracas, presidida por  el señor José Antonio Mosquera, titulada:Memoria sobre las verdaderas causas del atraso de nuestra agricultura  y los medios más convenientes para restablecerlas(1870).En esa disertación  describió de forma sistemática y cronológica entre 1821 y  1861, cómo los diversos gobiernos impulsaron  un conjunto de medidas económicas  y fiscales  para potenciar con mayor libertad las capacidades productivas  y ganaderas a lo largo y ancho de la Provincia de Venezuela.

Otras de las contribuciones  importantes de las reflexiones sobre los temas económicos  en la mirada de Felipe  Larrazábal, como por ejemplo en su trabajo El Evangelio y los economistas (1862), en el que precisó algunos principios y enunciados de  la ciencia económica clásica: los tributos, las contribuciones  y la oferta y la demanda. Éste último, está relacionado  con  las necesidades, las limitaciones  de los recursos y de  su utilidad. Es decir,  un esbozo de la teoría  subjetiva  del valor(1862).

En ese orden de ideas,  como ninguno  otro en el siglo XIX intuyó  el gigante papel  de  la revolución industrial y del maquinismo en la unificación económica y geográfica del planeta. El resplandor de su inteligencia, de su agudeza y penetración intelectual para captar el sentido histórico  de lo que  representaría  el vapor en la tierra, es formidable y extraordinario. Percibió los eventos económicos, sociales, políticos, ideológicos, científicos, tecnológicos y culturales  que estaban  modificando el panorama material y espiritual de la civilización occidental de la época con impactos hacia otros continentes no occidentales. Una gigantesca revolución económica estaba provocando la máquina a vaporcomo el acontecimiento histórico que marcaría  el futuro civilizatorio de la tierra. Una genialidad  para un hombre   como él, en aquellos días, según el ánima  de Felipe Larrazábal. Hoy, esta reflexión se pudiera traducir como una anticipación al fenómeno de la globalización. En sus palabras:

¡El vapor!.... he aquí  la palabra magna de nuestro siglo; he aquí la palabra que envuelve  el porvenir del mundo…-El vapor… el vapor lo absorbe todo, lo llena todo. Es la fe de nuestro siglo; la Esperanza del porvenir…Las distancias han desaparecido… La pila de volta remplaza al astro del día… Dios creó la luz, y Taylor  descubrió el fluido lucífero…Tenemos en el aire, en el agua, en el fuego, en el hierro  servidores más activos  que los esclavos de otro tiempo, quienes podemos hacer trabajar sin descanso las veinticuatro horas por días,  sin temor de que se nos acuse  de barbarie y crueldad. El hierro y el vapor trabajan solos. En fin, “El hombre del siglo XIX…merece, con justicia, el título  de Rey de la Creación.-Nuestra época  es grande. Nosotros valemos  más que   los nombres de augusto y de Luis XIV. Vanaglorien algunos, enhorabuena, a Virgilio y a Racine; alaben a otros a Homero, a Sófocles, a Dante, al  Tasso, a Corneille…Nosotros tenemos también qué alabar, y con qué enorgullecernos; y los títulos  de nuestra vanagloria son, sin duda, más evidentes  y más humanitarios. Esas máquinas sencillas  de movimiento suave, que con millares  de delgados husos, tuercen  más hilo en un minuto, que el que pueden torcer  todas las hilanderas  de la tierra  en ochodías ¿ no tienen por ventura  tanta poesía  como la que hay  en todos los libros  de la Ilíada? (1851).

Por tanto, dentro de ese panorama floreciente y cautivante, derivado  del mundo del maquinismo y el industrialismo, había que cambiar de forma radical todos los principios políticos y morales que habían imperado antes del amanecer de la máquina  de vapor, por un lado; y por el otro,qué papel  jugaría  América Latina y Venezuela: estar atento política e intelectualmente  para enfrentar los retos y desafíos de lo que estaba representado  el liberalismo,  la revolución industrial,  el maquinismo, el industrialismo y la máquina de vapor para el porvenir de las naciones. Para él, era  vital para el futuro político, económico, social  y cultural de Venezuela, la instauración de un sistema de  Estado y gobierno de origen republicano, liberal y civilista para estar en sintonías con las aspiraciones de los venezolanos  y  el mundo.

En fin, deja en el corazón de la Venezuela del siglo XIX- un legado intelectual  extraordinario,  con una visión sobre el porvenir de la nación  en un mundo  en el que el vapor estaba transformando  la faz de la tierra. Hijo de su tiempo histórico. Hoy, una lección histórica para las futuras generaciones que estén atentas  en   estos tiempos   de complejidad, de perplejidad, de confusión, de desconcierto,de esperanza y entusiasmo. Así, la cuánticasería  la frasemagna que todo lo penetra y todo lo absorbe.

 

 

 

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