Rafael Sánchez: El baile de los Jacobinos
(Republicanismo y Populismo)
Constante histórica
Mutua inmanente
Ramón Rivas
Aguilar
El
Baile de los Jacobinos: Una genealogía venezolana del populismo Latinoamericano
(2016), un libro escrito por el antropólogo venezolano
Rafael Sánchez, una obra de capital importancia para comprender el proceso
histórico nacional desde la
antropología cultural. El punto de
partida de ese análisis antropológico parte
de la compleja dinámica de la emancipación y su
proyección en el tiempo. Es decir,
cómo y de qué manera se fraguó dialéctica y paradójicamente un tipo de estructura de poder y un tipo de régimen
en la que el republicanismo y el
populismo emergieron como una mutua
inmanente, una fusión, una mimetización y una
mutación como fruto de un estallido de violencia, de caos y de barbarie,
contra una casta que impuso un sistema de prohibiciones y
represiones al resto de la población conformada por negros, indios, esclavos y
pardos. Así, la sociedad colonial durante
la primera y segunda República entró en un periodo de crisis social por lo que
el imperio español y sus intelectuales conscientes
de esa tensión social impulsaron conjunto de medidas políticas, jurídicas, económicas y sociales para beneficiar a la otra parte de
la sociedad con el propósito amortiguar los
conflictos sociales y, como consecuencia,
impedir, en definitiva, poner en peligro
la estabilidad política del imperio
español en Hispanoamérica. Todo ello consistió en un esfuerzo inútil. En
medio de esa crisis aparece la figura de Simón Bolívar que comprendió en
su justa dimensión política la naturaleza del proceso
emancipador y cuyos efectos históricos serían graves
para el destino de la
Provincia de Venezuela y América. Sí. El hombre y su mundo;
el hombre y su circunstancia. Bolívar confuso, desconcertado y desorientado se sumerge en su pensamiento,
sus ideas y sus reflexiones para
dilucidar cuál sería la salida histórica ante ese clima de violencia de una parte
de la sociedad despreciada y humillada. En esa
trayectoria vital, en esa
relación del hombre con las cosas, agradables y desagradables, pensó una forma de gobernabilidad que le permitiría conformar
y combinar el
espíritu republicano con el
espíritu del pueblo, en una mutua
inmanente. Todo esto, haría posible en el tiempo
la conquista de la libertad y de la
igualdad como el eje de la convivencia pacífica de la sociedad venezolana. Esto
constituye lo que el autor denomina la monumentalidad
gubernamental. Así, aparece Simón Bolívar como la encarnación del republicanismo y del populismo. Según el autor, una tipología de poder
creativa e innovadora donde todos de distintas
voces, contrastes y heterogeneidad social ocuparían un lugar en el marco de la
libertad y la igualdad. Sobre esta aguda reflexión antropológica
e histórica de esta obra, el periodista
y editor, Sergio Dahbar, en una
apretada reseña sobre el libro, que consta de una introducción, un prólogo y ocho capítulos deja claro la hipótesis central: “el libro plantea que el populismo radical es un elemento constitutivo del republicanismo venezolano”. Una hipótesis polémica, audaz e interesante, sobre una manera
de observar los eventos
históricos desde una perspectiva
antropológica que enriquece de
manera extraordinaria las diversas
visiones historiográficas que
han contribuido a esclarecer la
esencia de los hechos históricos
venezolanos. Eso permitiría tener en términos hegelianos una visión más
compleja de los procesos históricos. De igual modo, se aprecia una
interpretación antropológica teórica y empírica que intenta dar razón sobre la más compleja relación entre el
republicanismo y el populismo, que nació
en lo más profundo de la dinámica de la emancipación y su
proyección a lo largo del tiempo. Dos
estructuras profundas que en una mutua inmanente han permanecido de forma inalterable
a lo largo de los siglos, independientemente de todas las formas de ideología y de
gobierno. Un estilo de ejercer el poder, en una síntesis de unidad y contraste
de jacobinismo y populismo. La voluntad
popular y el pueblo como soberano en una unidad dialéctica. Sin duda alguna,
los planteamientos que derivan de este extraordinario libro, expresan una
genuina revolución intelectual
de carácter antropológico e histórico
para develar la esencia de los hechos históricos, bajo la impronta del republicanismo y el populismo, como dos
fuerzas únicas, indivisibles e inalterables que han permanecido a lo largo
de nuestro quehacer histórico. Además, el valor de esta obra es
comparable con los grandes clásicos de
los pensadores venezolanos que se han
dedicado a examinar la historia de Venezuela desde distintas
perspectivas. Una obra original que anuncia en el horizonte un novedoso enfoque sobre el proceso
histórico venezolano desde una
concepción antropológica de la cultura plasmado
en dos conceptos fundamentales: republicanismo y populismo que en una simbiosis histórica han estado
presentes en la vida política del país
desde la emancipación hasta
estos primeros años del tercer milenio.
Sin duda alguna, un
aporte historiográfico al estudio del
fenómeno histórico del país
desde la antropología cultural. Esta
obra no es ningún añadido o agregado, como lo ha señalado el autor en algunas
oportunidades. Todo lo contrario, una obra trascendente como El Cesarismo Democrático
(1919) del sociólogo venezolano Laureano Vallenilla Lanz. Dos miradas: Una en
que el césar democrático o el gendarme necesario lo encarna Gómez con
raíces Bolivarianas. La otra mirada, un
Simón Bolívar que representa el republicanismo y el populismo con los incentivos
culturales y materiales; la voluntad popular y el pueblo como soberano en
ese largo trajín histórico venezolano.