La Escuela de Salamanca y su aporte Intelectual en la Provincia de Venezuela (XVI-XVIII) La España imperial, absolutista, estatista, intervencionista, mercantilista y proteccionista vs. La república, el liberalismo y el libre mercado.

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La Escuela  de  Salamanca   y su  aporte Intelectual  en  la Provincia de Venezuela (XVI-XVIII)

La España imperial, absolutista, estatista, intervencionista, mercantilista y proteccionista vs. La república, el liberalismo y el libre mercado.

 

Recordar la Escuela de Salamanca es pasar por el corazón imaginariamente  su  grandeza intelectual  en defensa de los Derechos Naturales del Hombre ante la gigantesca maquinaria estatista y absolutista de aquellos siglos.

Edición  Especial

 

 

 

                                                                                 

 

 

Ramón Rivas Aguilar

 

La Iglesia Católica que mantuvo el monopolio material y espiritual, por más de un milenio, entró en crisis con la génesis y expansión del capitalismo. Así, Dios, el centro espiritual del mundo medieval, fue reemplazado por la imagen del hombre en la  era moderna. De igual modo, el descubrimiento de América, el humanismo, el renacimiento, el protestantismo,  abrieron nuevos  horizontes que afectaron el origen y destino de la iglesia católica. Por tanto, nuevos temas que  la iglesia romana  tuvo  que abordar   con olfato histórico. Así, teólogos y juristas se plantearon renovar política, jurídica y teológicamente el pensamiento cristiano  para estar en sintonía con los tiempos. Una Iglesia renovada en conexión  con un  mundo complejo, abierto y diverso. La escolástica al son de los cambios provocados por la dinámica del comercio, del dinero de la usura, de la tasa de interés, de la banca. El capitalismo cambió la vida material e intelectual de una Europa arropada entre el resplandor celestial y telúrico. Ya nada era estable. El libre mercado dio origen al nacimiento de ciudades que echó al  traste con todo lo que no quería perecer: Tierra, nobleza y épica. El mundo nunca fue igual desde que brotó espontáneamente el capitalismo. Éste, cambió dos mil años de tradición telúrica, épica y celestial. Ya nada era eterno e inmutable para quienes creían que el poder provenía del mundo divino. En ese ámbito histórico entre los siglos XVI y XVII, nació la Escuela de Salamanca. Teólogos y juristas entre ellos: Francisco Vitoria, Francisco Suárez, Luís Molina y Martín Azpilcueta abordaron los problemas más complejos de la economía, de la política, del derecho, de la ética y  de la teología  generados por la dinámica  del mercado. Lo que significó el desarrollo de una visión teológica, jurídica y moral que modificó las viejas creencias católicas sobre el hombre y su vínculo con el universo. En efecto, la Iglesia que se embriagó con el resplandor divino, tuvo que mirar hacia abajo y comenzar a lidiar con los problemas del hombre y su relación vital con el proceso de modernización que estaba propiciando  el  capitalismo. En ese proceso histórico, esa institución sufrió una ruptura histórica con el nacimiento del protestantismo que provocó cambios con consecuencias previstas e imprevistas sobre el destino espiritual de la teología en la civilización occidental. De allí, que  La Escuela de Salamanca, la más audaz de los movimientos teológicos del mundo cristiano, produjo una reflexión liberal importante para encauzar a la España imperial y a  la Iglesia hacia un horizonte de progreso material y espiritual  generado por la modernidad. Esa escuela, para muchos economistas liberales, la consideran pionera y fundadora del pensamiento económico y político de la escuela de  escocia (1776) y  de la escuela  austríaca (1871). Es decir, la escuela de Salmantina ha sido el origen del pensamiento político y económico del liberalismo europeo. Ellos, sus representantes más conspicuos, adoptaron como postulados políticos y económicos liberales  un gobierno limitado, los derechos naturales del hombre, el libre mercado, el libre comercio. Por tanto, su estudio en estos tiempos de complejidad e incertidumbre son fundamentales para descubrir en el espíritu de Hispanoamérica un pensamiento liberal, proveniente del enfoque teológico y jurídico Salmantino. Desde esa mirada, Venezuela  que tiene una  vocación  cristiana y teológica,   debe explorar para develar en el curso de su  proceso histórico los más bellos principios salmantinos. Un reto y un desafió para quienes estamos identificados con el liberalismo; liberalismo anclado en lo más profundo del corazón de los venezolanos. Esos teólogos y juristas, herederos de la Escuela de Salamanca, impregnaron con espíritu abierto y renovador el proceso político venezolano y su  proyección hacia un futuro republicano, liberal, civilista, federalista, de libre mercado y de libre comercio.    Hoy, en Venezuela, tierra de gracia, el problema, el Estado; la solución, el libre mercado. Por tanto,  La Escuela de Salamanca(1500-1600), la ruta  liberal  que nos permitirá iluminar  un  horizonte esperanzador   que trascenderá para siempre  la nefasta y perversa  cultura del subsidio imperial  y de la cultura del subsidio rentista.  En efecto, después de cinco siglos y dos décadas, no hemos aprendido la lección histórica: el estatismo imperial (xvi-xviii) y el estatismo rentista (1920-2019), dos fuerzas históricas que impidieron la conformación de una auténtica sociedad liberal  a lo largo del tiempo. La cultura del subsidio y el estado rentista en total  ruina.  Por lo que estamos  viviendo un  momento político  excepcional en nuestra historia para que los venezolanos asuman su destino vital  con el  firme propósito  de echar los cimientos de una sociedad libre  sin las muletillas del intervencionismo estatal.  Nos acompaña en esta hermosísima  faena intelectual el espíritu liberal de la Escuela de Salamanca. No hay evasión posible.


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